Un discutible penalti sobre Armenteros cinco minutos después del descanso permitió al Sevilla encarrilar su pase a los octavos de final de la Copa, una competición en la que el club sevillano tiene puestas muchas ilusiones. El gol de Kanouté al transformar la pena máxima sirvió para hacer olvidar una primera parte pésima, en la que el conjunto que dirige Marcelino García Toral jugó con fuego. Lento y sin ideas, con algunos futbolistas pensando más en el periodo de vacaciones que en el duelo ante el San Roque, el Sevilla dio vida a un rival que gozó incluso de dos claras ocasiones para igualar la eliminatoria, puesto que en la ida el choque acabó con 0-1. Un digno San Roque puso en apuros a Varas gracias a Moscardó y Albentosa.

Todavía se estremece el Nervión. Tiemblan aún los postes de la portería de Javier Varas y le duelen las piernas a Abidal y Valdés. Aunque era de Liga, el partido de ayer fue más propio de la Copa de Europa. La contienda resultó tan tremenda que exigía un ganador y, sin embargo, a los dos equipos no les quedó más remedio que aceptar el empate. Aguantó el Sevilla agarrado a la zamarra de un grandioso Kanouté y no pudo resolver el Barça del célebre Messi. Ambos fueron dos futbolistas capitales en una noche futbolísticamente preciosa que abre de nuevo la Liga.