- domingo 05 mayo 2024
Puesta de largo de Quique Sánchez Flores en un partido sencillo, sin excesiva dificultad, en el que el Atlético manejó el juego y trató de cumplir las órdenes de su nuevo «jefe». No ha tenido mucho tiempo el técnico de implantar su doctrina, pero se vieron algunas de sus ideas sobre el campo. El Marbella no fue un rival de peso, sólo puso voluntad y las conclusiones quedan aplazadas para cuando enfrente haya un rival de más enjundia y categoría.
De los pequeños detalles que dejó el Atlético de Quique el primero es que la defensa ya no achica como quería Abel; no intenta dejar al rival en fuera de juego como norma y procura replegarse para que el rival no tenga espacios. Otro detalle es que Jurado actuó siempre por detrás de Sinama y no por la banda, como en la etapa anterior. Además, en el centro del campo hubo presión, que comenzaba el propio Sinama, y basculación constante con las líneas muy juntas.
A partir de esos criterios, la calidad del Atlético se impuso al Marbella. La varita de Quique no va a convertir a Assunçao en un acreditado pasador que haga cambios de orientación de cuarente metros. Tampoco logrará la chistera del técnico que Pablo siga jugando tensionado, sin relajarse para poder anticiparse al delantero, ayer Antonio Moreno, una de las «figuras» marbellíes.
Salió concentrado y con ganas el Atlético. Pronto Sinama mandó el balón al poste tras una jugada de Jurado, lo más destacado de los rojiblancos. La siguiente vez que llegó fue para marcar. Lo hizo Troyano en propia meta tras un centro de Ujfalusi. Cleber, Jurado y Maxi, con un disparo al poste, terminaron por asustar al Marbella, que se fue al descanso con una imagen muy pobre.
La segunda parte sobró. Hubo cambios, el ritmo fue más lento y el equipo de Montes levantó la cabeza, tuteó al Atlético y hasta fue osado en un par de ocasiones. Pedro se aprovechó de un mal despeje de los centrales y Asenjo tuvo que intervenir a un lanzamiento de Igna. Fueron los coletazos del Marbella ante un rival que seguía con el control, pero se lo tomaba con mucha calma y parsimonia.
Reyes acabó peleado con todos, después de una actuación aprobada, y entró Simão; después lo hizo Agüero por un desdibujado Sinama, enfadado con el gol pese a su voluntad. Quique apuró los cambios con Raúl García y Maxi hizo el segundo. Después se lucieron Jurado y Agüero porque el Marbella se entregó, se agotó físicamente y permitió a los de Quique no sufrir sobresaltos y marcharse con un triunfo que sentencia la eliminatoria.
Ayer comenzó el cambio en el nuevo Atlético. Lo que pasa es que enfrente el enemigo fue muy pequeño. Para enjuiciar la labor de Quique ya habrá tiempo.