- miércoles 01 mayo 2024
El traslado de la selección española de ciclismo desde Italia, donde estaba concentrada, a Suiza para proteger a Alejandro Valverde de problemas que pudieran derivar de su contencioso con el CONI italiano ha monopolizado la atención del primer día de carreras en los Campeonatos del Mundo de Ciclismo de Mendrisio 2009.
La acumulación de informaciones al respecto de lo delicada de la posición de Valverde en un país en el que está sancionado por entender la justicia deportiva italiana que está implicado en la 'Operación Puerto' y el cariz en lo mediático que estaba tomando el asunto ha decidido a la Federación a dar marcha atrás a la posición que venía manteniendo desde su llegada a la localidad de Montano Lucino, cercana a Como, a unos 10 kms. de la frontera con Suiza y a 17 de Mendrisio.
"No tenemos nada que ocultar. En Italia, Valverde solo está sancionado para correr, no para alojarse y entrenar", repetían una y otra vez dirigentes federativos y técnicos cuando se les preguntaba al respecto, en lo que parecía una posición firme y convencida.
Esas mismas fuentes sostenían que la decisión de concentrarse en Italia era debido a la falta de hoteles en Suiza, fundamentalmente en Mendrisio, una localidad pequeña, y por motivos económicos.
Pero el paso de las horas y el devenir de los acontecimientos se han mostrado más fuertes que la posición mantenida y los problemas esgrimidos para no alojarse en Suiza mal que bien resolubles en el plazo de unas horas.
Así, los corredores que conforman el equipo que luchará por el oro el domingo se trasladarán todos a Lugano, a unos 20 kms. de la sede del mundial, para acompañar al murciano, mientras que el resto de la expedición esperará a ver si va encontrando acomodo en las próximas horas.
La noticia de que Valverde finalmente no pisará Italia ha eclipsado todo lo demás en Mendrisio, alrededores y mentideros deportivos, ciclistas o no, incluso la propia competición, que dicho de paso, tampoco tenía su jornada más importante. Y menos para España, a la que se le han confirmado los poco halagüeños pronósticos para el día del debut de los campeonatos.
Como se esperaba, ni los sub-23 ni las féminas han tenido relevancia en sus respectivas carreras contrarreloj. Al contrario, se han movido por posiciones muy lejanas a las de los primeros.
Lo más interesante de la jornada para la expedición española en lo deportivo ha sido ver a Eneritz Iturriaga sentada en una de las sillas destinadas a las tres primeras que van en competición. Pero ha sido más porque ha salido de las primeras que porque haya hecho un carrera especialmente destacable.
La vasca ha acabado en la posición 25, la mejor del día y un poco por delante Rafael Serrano, que ha sido el 28 en su prueba. Mientras que la vizcaína ha asegurado haber ido a tope toda la prueba, aunque sin buenas sensaciones, el manchego se ha arrepentido al final de haber regulado algo en la única subida seria del circuito.
Floja ha sido la actuación de Aser Estévez, que había ganado el campeonato de España incluso aún habiéndose caído a poco del final. A pesar de su decepcionante 47 posición, ha asegurado haber acabado contento.
Débora Gálvez fue la 38, pero ganando solo a tres corredoras, entre ellas una tailandesa y otra de la isla caribeña de Saint Kist y Nevits, conocida sobre todo por ser la patria del que fuera campeón del mundo de 100 metros lisos Kim Collins.
El holandés Lars Boom, del Rabobank, todo un campeón mundial de ciclocross en 2008, se presentó en la alta sociedad con un espectacular triunfo en solitario en la decimoquinta etapa de la Vuelta disputada entre Jaén y Córdoba, de 167 kilómetros.
Fue un día relajado para Alejandro Valverde, que entró con el maillot oro junto a los favoritos a 25 minutos del vencedor.
Una jornada de transición, previsible, resultó inolvidable para un tal Lars Antonuis Johannes Boom, un chico rubio interminable, de 1,91 metros, quien después de sacar oro del barro del ciclocross probó en la ruta. En su primer año profesional ha sido capaz de poner su nombre en la historia de la Vuelta a España. Y lo hizo a lo campeón, con una escapada en los últimos 25 kilómetros que le permitió celebrar la victoria a pleno pulmón.
El vencedor de la Vuelta a Bélgica y campeón mundial sub'23 contrarreloj en 2007, conocido como "el largo de Vlijmen", cruzó la meta en 4h.12.57. Fundió los plomos al español David Herrero (Xacobeo), que le siguió a 1.35 minutos, y al alemán Dominik Roels (Milram) en 1.44, todos representantes de la aventura que protagonizaron 13 corredores.
El pelotón con los favoritos cerró la jornada laboral a 25 minutos. Vaya tela. Por lo tanto, Valverde arrancó un día más en el almanaque sin alteración alguna en la general. El inquilino del segundo escalón del podio es Robert Gesink (Rabobank), a medio minuto, y Samuel Sánchez (Euskaltel) es tercero a 1.10 minutos.
Tregua en la cabeza después de las tres jornadas de montaña andaluzas. Las próximas citas para la alta jerarquía llegaran el jueves en la Sierra de Ávila. Hasta entonces, algo tendrán que decir los pocos "esprinter" que quedan y los que aún tienen que aprobar la temporada.
El menú del día de la Vuelta siempre tiene de primer plato una escapada consentida. De esas inocuas, que sirven para que unos cuantos sueñen con la victoria y otros se tomen el día libre, sobre todo los favoritos, con dolor de piernas tras la montaña andaluza.
Así que, en la jornada de regreso al colegio hubo fuga. Esta vez de 13 corredores, que se unieron en comandita en el kilómetro 70 para abrirse paso en el mar de olivos que acompañó la carrera desde la capital jiennense a la cordobesa. La ruta del aceite, el paraíso del oro liquido.
Una jornada con un único aliciente montañoso: el doble ascenso al Alto de San Jerónimo, un segunda. Un día tranquilo, que no obstante ofreció un susto al líder.Valverde pinchó y a continuación se quedó cortado en una zona de viento. Desde un segundo grupo tuvo que poner orden a toda máquina.
Como en La Pandera, pero en llano. Superado el sobresalto, el maillot oro se metió en el tren dirigido por sus compañeros para perseguir a los aventureros. Gente amistosa. El mejor clasificado era el colombiano Leonardo Duque, a más de una hora.
Enseguida se supo que los hombres de vanguardia se iban a disputar el tradicional sombrero cordobés del ganador, como el que se puso el flamenco Tom Boonen en 2008. Diferencias de otra época, cercanas a 20 minutos en el kilómetro 126. Alguien tenía que atacar para llevarse el pastel y para eso están los puertos situados con la cima a 11 kilómetros de meta.
Serafín Martínez (Xacobeo) prendió la traca en el segundo paso por el Alto de San Jerónimo, se llevó a su compañero David Herrero y espabiló al gigante holandés Lars Boom, que explotó casi tanto como su apellido para demarrar y quedarse solo en cabeza. Los dos Xacobeos se vieron impotentes para echar el guante al chico del maillot abierto de par en par, a lo Gesink.
Boom coronó con 52 segundos sobre Herrero. El ganador de la Vuelta a Bélgica se disparó hacia la gloria. Técnica de sobra, y valentía curva a curva. Posiblemente no vio ninguno de los millones de olivos que le marcaron el camino hasta meta, pero dio una lección de cómo se desciende un puerto. David Herrero trató de imitar al chico holandés, pero en un giro se fue por los cerros de Córdoba. Ahí se terminó de entregar al corredor bilbaíno.
Boom se recreó en la inmensa recta de meta. Ganó en el barro. Fue campeón mundial de ciclismo en barro en 2008, tiene los títulos de su país en ruta y contrarreloj y con su hazaña convirtió a su equipo en el único, junto al Cervélo, que ha pescado esta temporada en Giro, Tour y Vuelta. Boom sonará fuerte en el futuro del ciclismo. El muchacho del sombrero cordobés.