Si el hecho de que los ceutíes paguemos (casi) el doble que los melillenses por las tasas de la grúa municipal es ya algo anómalo, que AMGEVICESA suba el tarifario del servicio por cada año que pasa es, directamente, un auténtico descaro.

Cuando parecía que los precios habían tocado techo en 2022, va el área de Servicios Urbanos y vuelve a incrementar los costes. En un contexto de inflación como pocos se recuerdan. Con los políticos subiéndose sus retribuciones. Con la población perdiendo poder adquisitivo prácticamente por cada día que pasa.

La Organización de Consumidores y Usuarios puso el grito en el cielo el pasado curso: un caballa pagaba de media por aquel entonces nada menos que 91,03 euros por sacar su coche -casi en concepto de 'rescate'- del depósito municipal. Para la Administración, no en balde, la cuantía no era lo suficientemente elevada; había que subirla; hay que hacerlo siempre que se tenga ocasión.

Mientras en nuestra ciudad hermana se pagaban hace justo 365 días una media de 50,88 euros por retirada, en Ceuta, hoy por hoy, la tasa ligada a turismos superiores a los 1.000 kilogramos de masa asciende a la friolera de 96,24 euros, lo que, porcentualmente, constituye una subida cercana a los cinco puntos. En solo un año.

Según el Gobierno local, el incremento encuentra su razón de ser en el archiconocido Índice de Precios al Consumidor. "Es por la actualización del IPC", zanjaba el Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento. La explicación, sin embargo, se antoja algo peregrina. AMGEVICESA modificó el tarifario el pasado mes de enero. Si bien es cierto que la previsión para el presente ejercicio era que la vida se encareciera del orden del 6%, la carestía media interanual ha sido, finalmente, de poco más del 3%, según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística.

Sea como fuere, ¿justifica la deriva inflacionaria que AMGEVICESA aumente sus precios? Los costes se han incrementado para todos -también para la sociedad municipal- pero hablamos de un ente público, no de una empresa privada; no hay necesidad de obtener beneficio. O, ¿tal vez sí?

La OCU ya lo dijo en su momento: la circunstancia denota "un claro afán recaudatorio". Al constituir las paradas y los estacionamientos irregulares una de las infracciones más recurrentes a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, los ayuntamientos (incluido el de Ceuta) se aprovechan muy hábilmente de la coyuntura.