La idea surgió en el año 2005, cuando tras la remodelación de la playa de la Ribera comenzaron a producirse problemas con la arena que iba hasta el foso, impidiendo en muchos momentos incluso la navegación. Según los estudios realizados por la Ciudad, y pese a las medidas de protección, al ritmo que la arena se traslada hasta el interior del foso éste se llenaría por completo en unos diez años. Motivos por los que el Gobierno, siempre previsor, ha querido adelantarse. Además, con esta actuación se lograría según el presidente "poner en valor una de nuestros principales atractivos del patrimonio histórico, una de nuestras esencias, como es el foso de las Murallas Reales".
El nuevo espacio se completaría con un aparcamiento subterráneo, así como con la apertura de locales destinados a uso comercial. El proyecto está prácticamente finalizado, y tan sólo restaría su paso por la Comisión de Patrimonio para dar el visto bueno, que permita la realización de una gran obra que dejará de nuevo una imagen de una Ceuta moderna y del siglo XXI.
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