Algunos dicen que la ministra de Sanidad animó a denunciar a los incumplidores de la Ley Antitabaco y otros dicen que no, que no eran exactamente ni sus palabras ni su intención. Si Pajín animó a denunciar, le aplaudo; si no animó a denunciar, me hubiera gustado que lo hiciese.

Y es que estoy harto de la falsa moral de este país en la que siempre sale beneficiado el cara, el incumplidor o el infractor gracias al silencio de los que les rodean o incluso gracias al silencio de los que son perjudicados por sus acciones. Una falsa moral que se nos inocula socialmente desde pequeños y que en la edad adulta, en vez de ser rechazada, se refrenda, se refuerza y se institucionaliza.

Éste ha sido el país en el que las administraciones públicas han tenido que gastar mucho dinero para concienciar a sus habitantes de eso que se llama ‘colaboración ciudadana’. Que si estás oyendo una paliza en el piso de arriba no eres mala persona, ni un chivato, ni un delator por llamar a la Policía. Ha habido que convencer a los ciudadanos de que denunciar es el comportamiento correcto y no denunciar te hace moralmente cómplice.

El incumplimiento de las leyes no es algo deseable y denunciar al incumplidor sí lo es. Debemos vencer esa bajeza moral y social en el que un alcalducho ataca a una ministra porque piensa que ha animado a los ciudadanos a denunciar, cuando eso es precisamente lo que tiene que hacer la ministra. Hemos llegado al extremo que la ministra se tiene que defender de querer aplicar una Ley (votada por la inmensa mayoría del Congreso, incluido el PP) y el alcalducho no es atacado por todos lados por defender la impunidad del que contraviene la norma.

Posted originally: 2011-01-28 10:00:53