Casi tres años después de acceder a la presidencia de México, Felipe Calderón ha llegado a la conclusión de que su país necesita un cambio radical, de pies a cabeza. "Los ciudadanos no están satisfechos", admite, "y perciben una enorme brecha entre sus intereses y los de los gobernantes. El sistema político actual no es capaz de ofrecer soluciones. La política es para los ciudadanos sinónimo de conflicto y de parálisis. Tenemos que cambiar a México... con todos los riesgos y los costos que ello implica".