José prestaba el servicio militar en la División 32 del Estado Mayor. Una madrugada de agosto, cuando regresaba desde Víznar hasta Granada, al pasar por la Fuente Grande y a la derecha del camino según se baja, se topó con cuatro cadáveres desparramados en el suelo que le resultaron familiares. Eran dos banderilleros que identificó por sus motes, otro cuerpo que le llamó la atención porque «usaba ortopedia de madera» y, por último, Federico García Lorca. Este relato obedece a la declaración prácticamente inédita que un funcionario ofreció el 14 de febrero de 1980 en la comisión creada por Dip...