Antes de comenzar mi habitual colaboración semanal deseo aclarar a quienes dudan al respecto, que jamás he rubricado bajo el seudónimo de “Armando” colaboración alguna, siempre he utilizado mis nombres y apellidos por tanto, rechazo absoluto a dichas acusaciones y por supuesto, mi recomendación de actuar de la misma forma a quienes se ocultan tras un nombre falso para criticar mis colaboraciones circunstancia, que en ningún momento me desaniman, alientan mi creatividad.

Una vez hecha esta aclaración, compartiré algunas reflexiones referentes a las manifestaciones vertidas en los últimos días por los dirigentes de la coalición Caballas, que demuestran claramente la opinión de estos representantes políticos en relación a la labor que desarrollan los trabajadores de la televisión pública así como, en relación a los seguidores del primer equipo de la ciudad, A.D. Ceuta, entre los cuales debemos mencionar al portavoz de la coalición, Mohamed Alí. Es importante señalar, que dichas manifestaciones se efectuaron en lugar público, en la Sala de Prensa del Palacio Autonómico.

Una comparecencia en la que, una vez más, los portavoces de esta coalición arremetieron contra los trabajadores de RTVCE por el mero hecho de discrepar con los planteamientos formulados desde la formación localista y por supuesto, con la única intención de imponer sus propios criterios. Aunque, mi indignación aumento cuando escuche a uno de los diputados localista, representante político que debería velar por los intereses de todos los ceutíes sin exclusión alguna, insultar gravemente a quienes acudimos domingo tras domingo al Estadio de fútbol “Alfonso Murube” para animar al primer equipo futbolístico de la ciudad.

Desmentido, reprobación y como no podría ser de otra manera, rechazo absoluto a los actos vandálicos perpetrados en los últimos días como consecuencia directa de las manifestaciones mencionadas. En definitiva, Ceuta y los ceutíes necesitamos recobrar la estabilidad pérdida en los últimos meses como consecuencia directa de la utilización de estrategias desestabilizadoras habituales en otras épocas de nuestro pasado político más oscuro. La paz social, la concordia, la armonía, el consenso, la fraternidad, el dialogo y el respeto a la libertad de expresión deben regresar urgentemente a una cada vez más deteriorada sociedad ceutí.