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Juan Manuel Parrado, durante un encuentro con los medios / A. C.
Juan Manuel Parrado Sobrino, secretario general de la Confederación de Empresarios de Ceuta

Desde la crisis sanitaria de 2020 es frecuente escuchar que en España el asociacionismo no pasa por su mejor momento y que está en vías de extinción. Sin embargo, nuestro país ha experimentado un crecimiento cuantitativo desde los años 90 hasta el punto que, según datos del Registro Nacional de Asociaciones, existen registradas alrededor de 40.000 asociaciones de ámbito nacional. Esta cifra no incluye a las asociaciones autonómicas o de ámbito geográfico inferior. Tampoco incluye a las  fundaciones, partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, iglesias, confesiones y comunidades religiosas, federaciones deportivas, asociaciones de consumidores y usuarios y otras reguladas por leyes especiales. No es descabellado, pues, afirmar que en España existen más de cien mil asociaciones, casi tres veces más que panaderías hay en todo el país.

Pero España no es sólo un país que prefiere las asociaciones antes que los bocadillos. El derecho a asociación viene expresamente recogido en el artículo 22 de nuestra Constitución, y el artículo 7 le asigna un importante papel tanto a los sindicatos de trabajadores como a las asociaciones empresariales para contribuir a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. En definitiva, el asociacionismo, y en concreto el asociacionismo empresarial es un derecho y una necesidad para el buen funcionamiento de la sociedad en general y para su desarrollo económico en particular.

Durante los años 80 en Ceuta surgió la necesidad de disponer de una asociación empresarial fuerte que recogiera y representara toda la actividad económica que florecía en la ciudad, de crear una figura con voz a nivel institucional que participara en la vida económica y de seguir la misma senda de consolodidar el asociacionismo que estaba despuntando por todo el país con el respaldo del reciente texto constitucional. Por esa razón, en 1983 un grupo de empresarios, vinculados principalmente al sector del comercio, impulsaron la creación de la Confederación de Empresarios de Ceuta, siendo José María Campos Martínez el primer presidente de la organización.

Hoy, cuarenta años después, cabe preguntarse qué papel juega la Confederación de Empresarios en esta ciudad y, sobre todo, cuál va a ser su función de cara al futuro. Para dar respuesta a esta pregunta es necesario entender varias cosas.

En primer lugar, hay un hecho incuestionable: las empresas son la única vía para crear empleo y riqueza. Esto, que en cualquier lugar de España y del mundo es fácilmente comprensible, se suele olvidar en una ciudad donde el sector público es mastodóntico y supone el 50% del PIB. Especialmente en Ceuta, las empresas no son un problema, sino la única solución y la contundente respuesta que se debe ofrecer a cualquier duda sobre nuestro futuro.

En segundo lugar, una vez comprendido esto se debe tener claro que cuando los empresarios se unen en asociación, mejora su posición de fuerza, mejora la competitividad de sus empresas y se defienden con mayor eficacia sus intereses comunes. Esto no es simplemente una opción, es una ESTRATEGIA. En un contexto de globalización, en un entorno de desventaja frente a la competencia de lo público, las empresas sobreviven gracias a la cooperación empresarial y a las estrategias definidas mediante fórmulas de asociacionismo.

En tercer lugar, existen dos características fundamentales de la Confederación de Empresarios que la hacen insustituible por cualquier otro organismo o entidad, pública o privada. La primera es que la Confederación de empresarios es independiente de cualquier poder público. Al ser una asociación empresarial privada de participación libre y voluntaria, su actuación y su posicionamiento son independientes y no está sujeta a intereses de ningún tipo más que los del sector empresarial al que defienden y que representan sus empresas asociadas. La segunda es que Confederación de empresarios es AGENTE SOCIAL, es decir, que como asociación representativa de los empresarios tiene la legitimidad de las empresas que la componen y el papel institucional que le otorga expresamente la Constitución para intervenir y participar de manera efectiva y determinante en la vida económica y social.

Una vez entendidos estos tres condicionantes es cuando empieza a cobrar sentido la importancia real de la Confederación de Empresarios, la diferencia con cualquier otra organización y la necesidad de su existencia.

Desarrollar una actividad empresarial requiere preparación, determinación,  tolerancia hacia el fracaso y también ayuda. Arriesgar el patrimonio, el esfuerzo e incluso la reputación para intentar conseguir el éxito de un proyecto empresarial creando puestos de trabajo, actividad, valor añadido e ingresos para las arcas públicas es la definición de valentía. Negar esa realidad es negar nuestro desarrollo social y económico.

Por eso los empresarios necesitan unidad y la fuerza necesarias al hacer balance de todos los desafíos que tenemos por delante en Ceuta. Por eso los empresarios de Ceuta necesitan asociarse.

Las posibilidades que ofrece el asociacionismo empresarial a través de la Confederación para establecer contactos y colaboraciones con otros asociados y profesionales, para estar constantemente informado sobre la realidad económica, para participar de procesos selectivos y formativos, para recibir asesoramiento en temas económicos y laborales, para ser representados en defensa de intereses comunes empresariales, para participar en los procesos de negociación de los convenios colectivos de cada sector, para intervenir en comisiones temáticas y comités frente a las instituciones públicas o privadas, para realizar jornadas, recibir boletines y circulares informativas, para interactuar dentro de un entramado empresarial de alcance superior al local a través de ATA, CEPYME Y CEOE, e infinidad de posibilidades que refuerzan la presencia del empresario en su entorno resultan vitales no sólo para sobrevivir, sino sobre todo para crecer y posicionar estratégicamente a las empresas.   

Si hace 40 años tenía sentido escenificar la creación de la unión y asociación empresarial, hoy tiene mucho más sentido reforzarla y hacerla crecer. Esa es la verdadera razón para la existencia de la Confederación de Empresarios de Ceuta.