- La Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), asociación profesional más representativa de miembros de las Fuerzas Armadas, desea aprovechar la celebración de la Pascua Militar para hacer públicas varias reflexiones sobre la situación presente y futura en las Fuerzas Armadas.

En primer lugar, quiere recordar que con fecha 22 de diciembre de 2011, remitió carta al Ministro de Defensa a lo largo de la cual se ponían de manifiesto las cuestiones que se consideraban más importantes y urgentes para esta legislatura en relación con aspectos sociales, económicos y profesionales de las Fuerzas Armadas. AUME recordaba entonces que “Esta legislatura, sin duda, ha de ser la de la consolidación y desarrollo de la Ley de derechos y deberes de los militares, ya en vigor, y de acometimiento del proceso de reforma de la Ley de la Carrera Militar, junto con la promulgación de un nuevo marco disciplinario y penal militar, acomodado a los tiempos y a las misiones que nuestra Constitución encomienda a las Fuerzas Armadas”.

En segundo término, ha de expresar que hasta la fecha no se conoce declaración alguna del Ministro de Defensa que permita conocer cuáles pueden ser las líneas esenciales de su gestión, sus prioridades e incluso sus equipos. Por ello, AUME estará muy atenta a lo que el Ministro de Defensa pueda decir a lo largo de su intervención en la celebración de la Pascua Militar, el próximo día 6 de enero de 2012.

Por si pudiera servir de reflexión y pudiera contribuir a la preparación del discurso, AUME recuerda la existencia del Documento final aprobado en el Primer Congreso de Militares Españoles, celebrado el pasado mes de octubre en Madrid. En dicho documento se contiene un certero diagnóstico del estado de situación de la política de personal del Ministerio de Defensa, y se aportan propuestas e ideas para dar respuesta a los retos que en estas áreas, habrán de ser ineludiblemente acometidos en los próximos meses.

Los problemas derivados de la aplicación y desarrollo de la Ley de la Carrera Militar merecen una mención especial, por su gravedad, universalidad y negatividad. Se ha decir cuándo y cómo piensa abordar esta cuestión. Qué va a pasar con el régimen transitorio; con la unificación de escalas; con los procesos de evaluación carentes de valoraciones objetivas; con los Informes Personales de Calificación, absolutamente subjetivos e ilegales; con los sistemas de promoción interna; con la conciliación de la vida profesional y familiar; qué se va a hacer para una efectiva y eficaz protección de riesgos laborales; cuándo y en qué dirección se va a modificar el régimen disciplinario militar; hasta cuándo se va a seguir tratando a los militares de Tropa y Marinería como militares de reemplazo; cómo se va a garantizar las renovaciones o ampliaciones de compromisos del personal de Tropa y Marinería; cómo se va a potenciar el papel, la trayectoria y la carrera profesional de los suboficiales; cómo y cuándo se va a solucionar el problemas de los controladores militares de tránsito aéreo; cómo y cuándo se va a tratar y solucionar la especial problemática de la Sanidad Militar y de qué manera se va a garantizar la salud e integridad física de los militares desplazados en zonas de operaciones, en zonas de grave conflicto armado; por qué no se paralizan los procesos de adaptaciones orgánicas hasta que se diseñe una única y definitiva planificación del despliegue de unidades; qué planes tiene el Gobierno para reducir costes; qué iniciativas van a ser diseñadas para evitar duplicidades en la gestión de personal de las Fuerzas Armadas; qué planes tiene el Ministerio para erradicar el uso de medios y vehículos muy costosos para acudir a actos meramente festivos o protocolarios, que no son del servicio y por ello, manifiestamente prescindibles.

Son las anteriores, algunas de las cuestiones que el nuevo Ministro de Defensa ha de resolver de manera urgente. Para ello hace falta diagnóstico, conocimiento, equipo y voluntad política. Pero hace falta algo más. Voluntad de diálogo y de participación. La Pascua Militar tradicionalmente parece estar reservada a la presencia exclusiva de las más altas instituciones del Estado, a quienes acompaña mucha gente, que no siempre representa a la diversidad que conforma las Fuerzas Armadas.

A estos actos siempre han faltado los verdaderos protagonistas del mismo, los que celebran la Pascua: los militares. ¿Dónde están los representantes de los propios militares? ¿Dónde están las asociaciones de militares representantes de los militares según la Ley de derechos?

La Pascua Militar es un acto que permite enfocar la atención de la sociedad española hacia los militares. Permite hacer balance del año 2011, y permite, además, hablar de previsiones para el año 2.012. La Pascua Militar de este año tiene unas especiales características: un nuevo Gobierno; un nuevo Ministro de Defensa y un escenario marcado por lo económico. Pero, si ello sirviera de excusa para olvidarse de las personas y de las familias, sería, sencillamente, un error, un despropósito.

La seguridad en las misiones, la atención a las familias, el desarrollo negativo de la propia carrera militar, al que ya nos hemos referido, el desarrollo de los derechos recientemente reconocidos en la Ley de Derechos y Deberes, son temas que no pueden pasar desapercibidos en una celebración como ésta.

Los caídos en misiones internacionales, los heridos, las familias de todos ello merecen y demandan algo más que palabras. La carta que tiene el ministro de Defensa en su mesa terminaba con un párrafo que queremos reproducir:

“No quisiera terminar sin pedirle una especial atención hacia las familias de los miembros de las Fuerzas Armadas, hacia los veteranos y los caídos. Todos se merecen además de nuestro respeto y agradecimiento, el reconocimiento público al más alto nivel institucional y social. Le pedimos que la primera iniciativa que adopte, sea la de establecer un Día de los Veteranos, al que habrá de darse el más alto valor y apoyo. Sería un gesto que además de necesario, es justo”.

Lamentablemente, una vez más, las asociaciones profesionales no estamos invitadas a este acto. Hubiera sido un gesto que por debido, no dejaría de ser considerado como un cambio en la manera de tratar a los militares y como una forma de iniciar la nueva etapa en el Ministerio de Defensa, con elementos que contribuirían al optimismo, en el valor del dialogo y de la participación de todos.

Insistimos, diagnóstico certero, equipos renovados, diálogo y participación son los mimbres para afrontar con éxito los tiempos difíciles en los que hemos de desenvolvernos.

¡¡¡Feliz Pascua Militar!!!!