- Así veo las cosas.

Vivimos en una ciudad donde se ha impuesto el interés particular, el cortoplacismo y el soborno sutil, donde la tiranía ejercida desde el Presupuesto General de la Ciudad atenaza las libertades y compra las voluntades. Paralelamente y al mismo tiempo, existe otra presión distinta a la del dinero, pero que trata de provocar el mismo efecto embaucador e hipnotizador, una presión ejercida desde los posicionamientos religiosos de toda índole que buscan la influencia sobre los posicionamientos políticos.

Debemos desprendernos de todas esas influencias para pensar en la verdadera situación en la que nos encontramos, para percibir con claridad lo que ocurre a nuestro alrededor. Tenemos que buscar la libertad de pensamiento, alzar la vista para intuir la dirección del actual camino hacia ninguna parte que seguimos y así poder reorientarnos, porque tanto si se tiene trabajo como si no, si se tiene un proyecto de vida organizado como si se busca emprenderlo, tanto si se es mayor como joven, las incertidumbres y retos que nos presenta el actual modelo económico y social, nos afectan a todos por igual.

Decimos de nosotros mismos que somos, europeos, españoles y que somos ceutíes, pero lo que, por encima de todo eso, somos, es un conjunto de hombres y mujeres que tenemos entrelazados nuestros porvenir, un conjunto de personas que vivimos en un espacio relativamente acotado donde todo lo que ocurre, aunque sea a uno solo, tiene una influencia sobre el conjunto. Somos una sociedad, y como tal, debemos avanzar junta.

Tenemos la obligación de abrir nuevos escenarios de oportunidades y aprovechar nuestras potencialidades. Tenemos la obligación de ayudar al que menos tiene y de acompañar al que prospera. Tenemos la obligación de sentirnos orgullosos de nosotros mismos.

Ceuta tiene grandes potencialidades, tenemos una salida natural hacia la segunda autopista marítima más importante del mundo, tenemos ventajas competitivas reales sobre implantación de empresas y contrataciones, tenemos una personalidad territorial y social muy reconocible y extraordinaria, lo que nos faltan son las uniones entre todo eso, las acciones y decisiones que conformen un todo, las medidas y gestiones que pongan al servicio de nuestro desarrollo lo que ya tenemos.

Ceuta será lo que los ceutíes queramos que sea, pero si queremos mejorar, si queremos intentar prosperar, cambiar la actual situación, dejar de mirar con recelos el futuro, tenemos que evitar a quienes quieren que nada cambie o a quienes se conforman.

La tarea no es sencilla pero si tremendamente ilusionante, saber que algo es posible aunque esté lejos imprime una gran ilusión a los pasos para llegar.

Pensemos en grande. No prestemos oídos ni a las promesas de última hora ni a los falsos discursos de hermandad, pasemos de largo y con determinación hacia lo que de verdad necesitamos, que nada nos distraiga de lo que queremos conseguir.