- Y esto es así, porque llevan toda la legislatura sin hacer nada productivo; miren si es de esta forma, que una parte de la oposición parece que se ha integrado en el partido que, en teoría, nos esta gobernando.

Tampoco quiero decir que esto sea excesivamente malo, ya que si todos remamos en la misma dirección mejor que mejor, lo que no es de recibo, es que estén dando esa pobre imagen, generando en la ciudadanía la sensación, de no llevar en sus listas a personas mínimamente cualificadas para atender a las requeridas tareas de gobierno.

Es por este motivo, que en mas de una ocasión, se ha tenido que tirar de personas que ni siquiera figuraban en sus listas electorales, dándose también situaciones cuanto menos curiosas, como la que ha acontecido no hace mucho y en la que la consejera de fomento ha pasado a desempeñar funciones extraordinarias en la Consejería de Hacienda, como sustituta “provisional” de su actual titular. Esta claro, que con estos “encajes de bolillo” se corre el debido riesgo de que, como ya ha ocurrido otras veces, la asunción de varias competencias por una sola persona, tenga cómo resultado la imposibilidad de gestionar debidamente ninguna de las tareas encomendadas; costumbre ésta, que nos permite comprender, el por qué en toda esta última legislatura, no haya salido ni un solo proyecto razonable o que albergue un mínimo de perspectiva de futuro.

En cualquier caso, debemos dar por hecho que en las dos últimas legislaturas todas estas carencias se hayan notado menos, gracias a las cantidades ingentes de dinero que desde la Unión Europea han llegado vía Madrid con destino para Ceuta, siendo precisamente durante este periodo y gracias a este dinero, cuando se fraguó ese “clientelismo político”, abiertamente caciquil, que ha convertido a nuestro Ayuntamiento en una verdadera “agencia de colocación”, ampliando de manera irresponsable la nómina municipal con unas contrataciones en sociedades municipales, que no solo están generando un problema de índole político y laboral, sino que también está lastrando hasta el extremo al erario publico local.

No menos evidente, es el hecho de que estén alargando los tiempos para poder llegar a las elecciones municipales, sin haber tomado ninguna decisión decente que arroje algún tipo de solución a la maltrecha situación por la que deambulamos, en el deseo de que esa dependencia cada vez más lastimosa, a la que han sometido a muchos de nuestros conciudadanos, active de nuevo los mecanismos del voto clientelar y cautivo que les ha de garantizar esas poltronas por otros cuatro años perdidos, aunque, si les soy sincero, dada la actual situación crítica por la que nos deslizamos, no creo que este estado de cosas pueda mantenerse durante mucho mas tiempo.

Desde luego que si no fuese por lo grave del problema, a más de uno aquí habría que llamarle con cierta mofa, el “donde dije digo, digo Diego”, ya saben ustedes a quien me refiero, porque desde que empezó con el rollo de la reubicación del mercado central, la remodelación de la marina y la disolución o reestructuración de las empresas municipales, no ha hecho mas que recular, consiguiendo no sin mucho esfuerzo, dejar al alcalde de Burgos con su famoso bulevar, en verdaderos paños menores.