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Hemiciclo del Congreso de los Diputados
Emilio Carreira

De todo este surrealismo distópico que emana de la moción de censura de VOX, o de Tamames, que no se sabe bien de quien es, llama la atención el singular ataque del PSOE a Feijoo, por aquello de la abstención. En palabras de la ministra de hacienda, que bien haría en atender las peticiones de Ceuta para reformar la ley de sociedades, esa anunciada abstención es un apoyo encubierto del PP a la extrema derecha, por no rechazarla de forma categórica, colocándose en una posición equidistante entre los demócratas del PSOE y los fachas de VOX.

La falta memoria reciente es un síntoma de mala salud. Y sería bueno recordarle a la portavoz del Gobierno de España, que gobernando Rajoy, Podemos presentó una moción de censura liderada por Pablo Iglesias. En esta moción, el PSOE también se abstuvo, manteniendo una equidistancia similar a la que la ministra ahora critica, entre los drmócratas del PP y la extrema izquierda. No la rechazaron. No rechazaron a esos comunistas (así se definía Iglesias a si mismo) que le quitaban el sueño a Pedro Sánchez. Es más, no pasó mucho tiempo cuando el propio Sánchez presentó otra y desalojó a Rajoy de la Moncloa, siendo apoyado para que esa moción pudiera prosperar por la peor cosecha de políticos de la historia de la democracia, mezcla de populistas, extremistas y antisistema. Lo de los nacionalistas no lo incluyo porque serlo al estilo PNV, es decir, desde la moderación, no debería molestarle a nadie. Se puede ser nacionalista, pero de ahí a no respetar las reglas de juego hay un abismo.

O sea, que quitando a Aitor Esteban y alguno que otro, la ministra de hacienda lo es por apoyarse en fascistas vestidos de rojo o morado.

La elegancia de Frijoo y su lealtad a los principios de la moderación es tal, que ni va a asistir al congreso para ver lo que él ya ha calificado de espectáculo.

Pero no, los socialistas ya han dicho que esta moción se la van a tomar en serio. Pues vale. Si Tamames acierta con el discurso harán bien en tomarle en serio. No porque sea un competidor electoral, sino porque habrán quedado obligados por su compromiso..

VOX sólo pretende una cosa: volver a tener algo de protagonismo, porque poco a poco Feijoo les está comiendo la tostada. Donde gobierna VOX, como en Castilla y León, se demuestra su inutilidad, y donde no, como en Ceuta, se pone en evidencia su estulticia.