José Antonio Carbonell Buzzian
José Antonio Carbonell Buzzian
José Antonio Carbonell Buzzian

La entrada de capital privado en las arcas de la Organización Mundial de la Salud por parte del magnate Bill Gates y de corporaciones transnacionales, sobre todo farmacéuticas, hacen que las políticas de salud estén condicionadas. No es entendible que sus estatutos recojan que el dinero para financiarla ha de provenir de los gobiernos que la componen, y que actualmente sean entidades privadas las que aportan la mayor cantidad de los fondos.

Podría decir que esta financiación privada estará condicionando las decisiones que tenga que tomar la OMS, este hecho es denunciado por el exdirector del Programa Mundial de Medicamentos de la Organización Mundial de la Salud, German Velázquez, que trabajó más de 20 años en la agencia de la ONU. Un dato interesante a resaltar es que Bill y Melinda Gates son los mayores donantes, su fundación donó un 95% más que nuestro país que donó 1.9 millones de dólares en el año 2015.

De hecho, el 95% del programa de medicamentos, está financiado por la misma fundación de los Gates, de tal forma que los proyectos solamente se centran para las personas con mucho dinero, el resto no interesamos. La pregunta es qué busca Gates con su supuesta filantropía, porque no hay que olvidar que está acusado en Estados Unidos por el fraude más grande de la historia, en términos de violación de leyes sobre la competencia, ya que un juez afirmaba que Microsoft monopolizaba los sistemas operativos de los ordenadores personales. ¿Estará buscando lavar su imagen con esta supuesta filantropía?

Lo malo de todo esto es que algunos países, fundaciones o corporaciones, actualmente tienen demasiada influencia en este organismo, suponiendo un gran problema para la gobernanza global de la salud. El que la OMS actualmente no pase por su mejor momento, debido a que su capacidad económica atraviesa una etapa difícil, da lugar a que la mayoría del dinero que recibe, proviene de donaciones de países como Estados Unidos, Inglaterra, Noruega, Fundación Gates o Rotary Internacional.

Por ello es capital que se defienda la independencia de esta organización, porque de no ser así, estará supeditada a intereses particulares de los que mayor dinero donen, debiendo primar la salud pública global por encima de intereses espurios. Estamos ante un mundo volátil donde se está respondiendo ante los dictados de organizaciones no gubernamentales en lugar de las del Centro de Control y Prevención de Enfermedades del Ministerio de Sanidad, que está perdiendo el control de las enfermedades transmisibles y de las emergencias sanitarias.

Según mi criterio lo que se busca es la desestabilización de la Sanidad como tal, con la intención de que el dinero de los Estados no se destine a la prevención primaria, sino a las vacunas que es donde estos lobbies ganan miles de millones, además de tener el poder de decisión, respecto a las que serán las líneas de prevención de los distintos países, obviando la autoridad interna acondicionándola fuertemente. Estas coaliciones globales se apropiarán de los deberes institucionales de países soberanos en materia de prevención de enfermedades infecciosas y vigilancia epidemiológica, acumulando poder y financiación pública y privada.

El dinero lo pudre todo.