José Antonio Carbonell Buzzian
José Antonio Carbonell Buzzian

José Antonio Carbonell Buzzian

Nuestro país se encuentra en desventaja respecto a otros de la UE para afrontar la reconstrucción económica y social tras la crisis abocada por la pandemia, pues carece de banca pública tal y como existen en países como Alemania, Francia, Suecia, Italia, Finlandia, Suiza, Dinamarca y Noruega, dando lugar a una inexistente labor de servicio público. Ese rol de la banca pública como instrumento de recuperación se lo han cargado de un plumazo.

Un ejemplo de solidez es el Banco Público Alemán creado en el marco del plan Marshall, una entidad que canaliza las ayudas públicas aprobadas por Alemania que supera más de un billón de euros, la mitad de todas las aprobadas en la Unión. Esta entidad pública estableció un papel estratégico en la recuperación alemana. En Francia desempeñan un papel muy relevante la Banque Postale y la Caisse des Depost, en la financiación de viviendas, entidades públicas que ponen de manifiesto que pueden contribuir a la exclusión financiera que genera el cierre masivo de sucursales.

La Asociación Europea de Bancos Públicos agrupa a 30 entidades financieras, con una cuota de mercado del 30% y que dan empleo a 190.000 personas, entre los objetivos de estas entidades se encuentran la financiación de la vivienda social, el sistema sanitario, la educación y las infraestructuras públicas. Aurora Martínez, economista de la Plataforma por una banca pública, sintetiza y justifica la necesidad de una banca pública para poder fomentar el equilibrio regional y territorial y proporcionar estabilidad en el sistema financiero aprovechando las experiencias positivas de todos los países que posean banco público.

Es importante destacar que en la España rural existe una falta de inversión real y la pérdida casi total de la banca de cercanía, debido a las tomas de decisiones políticas y la desaparición de las cajas postales, así como las primitivas cajas de ahorros. Solo queda una participación pública en Caixa Bank del 22,4% de los 24.069 millones inyectados por el Estado. Una cuestión que deberíamos plantearnos es si el dinero que presta el banco es de su propiedad. Mi opinión es que no. No, porque el dinero del que dispone es de organismos públicos, dinero privado que es el de todos los españoles a través de nuestros ahorros. Debe quedar bien claro que en el balance global del dinero que maneja una entidad bancaria privada, solo un 8% es capital propio, el resto es capital de todas las personas que tienen depositado su dinero allí y lo peor de todo esto es que ellos deciden a quien prestan el dinero de todos sin control alguno. Por ello el Estado no debería permitir que una entidad bancaria privada decida si se le concede o no un crédito a una persona para poder abrir un negocio, este control ya lo están llevando a cabo en Francia.