Desde Jóvenes por la Dignidad consideramos que aún queda una importante tarea por hacer: la de eliminar los prejuicios y la visión sesgada de la realidad.

En el vasto océano de la igualdad de género, nos encontramos con una marea inusual. Según la última encuesta publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 44,1% de los hombres en España siente que la promoción de la igualdad ha alcanzado tal punto que ahora ellos son los discriminados. Este fenómeno, más que un simple dato estadístico, es una ventana a las complejidades de la percepción de género en nuestra sociedad actual.

La igualdad, en su esencia, busca liberar a todos de las expectativas dañinas y estereotipos restrictivos, pero, ¿Cómo es posible que algunos hombres sientan que la búsqueda de la igualdad los ha dejado en la retaguardia?

Es fundamental desmitificar la noción de que la igualdad es un juego de suma cero, donde el avance de un género implica el retroceso de otro. La resistencia a esta igualdad es percibida y alimentada por políticos y por la ideología fundamentalmente de la ultraderecha, que pueda causar graves daños a la sociedad si se arraiga su forma de pensar tendente incluso a la criminalización de las mujeres en muchos casos.

La percepción de discriminación está intrínsecamente vinculada a la masculinidad tóxica, un guion que ha sido interpretado durante demasiado tiempo. Reescribir este guion implica liberar a los hombres de expectativas dañinas y permitirles abrazar una masculinidad más auténtica, saludable y menos frágil.

Recordemos que la igualdad de género es un camino colectivo. Aunque estas percepciones puedan presentar desafíos, también ofrecen oportunidades para una reflexión más profunda y la construcción de una sociedad más equitativa.

Y así, mientras nos sumergimos en las aguas turbias de la percepción de discriminación masculina, desde Jóvenes por la dignidad queremos recordar que el diálogo y la comprensión son las brújulas que nos guiarán hacia un futuro donde la equidad sea la norma.