Un año más, con motivo de la conmemoración, mañana 17 de octubre, del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el PSOE quiere revalidar ante la ciudadanía su compromiso con la lucha para acabar con las graves desigualdades y carencias que mantienen a cientos de millones de personas en todo el mundo en niveles de miseria insoportables.

El tema designado por Naciones Unidas para la celebración de este año –De la pobreza a la sostenibilidad: las personas en el centro del desarrollo inclusivo– nos recuerda el papel fundamental de la erradicación de la pobreza en la construcción de un mundo sostenible y más seguro, con menos conflictos derivados de las desigualdades, de la pobreza y del deterioro del planeta.

La globalización es una tendencia irreversible, pero nos oponemos a asumir una globalización insensible a los problemas sociales, que enriquezca desmesuradamente a unos pocos, que genere inestabilidad en el mundo o que ponga en riesgo los recursos naturales.

En la actual coyuntura de crisis global –que otros pretenden utilizar como excusa para aparcar por un tiempo indefinido compromisos adquiridos–, para el Partido Socialista, el fortalecimiento de nuestras políticas contra la pobreza y de lucha contra el hambre y el cambio climático constituye una prioridad irrenunciable.

Se ha demostrado que el modelo previo a la crisis ha convertido la desigualdad en un elemento estructural, ensanchando las diferencias de renta entre ciudadanos y entre regiones. La recurrencia, desde 2008, de crisis alimentarias y hambrunas nos demuestra que el sistema alimentario mundial necesita profundas reformas, que sólo funciona para una minoría que se enriquece por medio de la especulación con los precios de productos básicos, mientras deja a millones de pequeños productores de alimentos impotentes e incapaces de alcanzar su potencial productivo, y a cientos de millones de personas sin acceso a productos alimentarios básicos.

Conscientes del contexto actual de crisis económica internacional, se hace más necesario que nunca lograr una mayor calidad y eficacia de nuestra ayuda al desarrollo, promoviendo una reorientación estratégica de la misma, buscando un mayor impacto en nuestras acciones y mejorando la evaluación de los proyectos y programas. Asimismo, desde el PSOE reafirmamos nuestro compromiso de seguir impulsando en la Comunidad Internacional mecanismos innovadores de financiación para el desarrollo, como la tasa sobre transacciones financieras internacionales, que permitan cubrir la brecha de financiación existente y alcanzar los Objetivos del Milenio en el 2015.

La pobreza es también una realidad en las sociedades de los países desarrollados donde, a causa de la crisis, se ha recrudecido el riesgo de exclusión social. Nuestra ciudad, Ceuta, lejos de quedar exenta de esta gran lacra sufre con intensidad las consecuencias de la pobreza y la exclusión. Pese a los esfuerzos en materia de prestaciones e inversiones las cifras todavía son muy preocupantes: Ceuta junto con Melilla lideran a nivel nacional la tasa de pobreza al contar con un 37 por ciento de ceutíes y melillenses en riesgo de pobreza. La media española es del 19 por ciento.

Por si esto no fuera suficiente la otra cara de la moneda nos sitúa en los puestos más altos de todas las regiones en cuanto a los salarios más altos del país. La Encuesta de Calidad de Vida del INE, el salario bruto mensual ceutí está en 14,7 puntos por encima de la media española y el salario bruto por hora 17,2 puntos por encima.

La combinación de estos datos hace que nuestros 19 km2 sean los que presenten mayores diferencias en cuanto a cohesión social y nos expone por ello a un mayor riesgo de exclusión.

Esta realidad nos obliga a todas las Administraciones públicas, a todos los agentes sociales de la ciudad, a todos y todas las y los ceutíes a caminar ineludiblemente juntos para luchar contra esta realidad, pues resulta el gran obstáculo para nuestro desarrollo. Debemos asegurar unos mínimos derechos sociales, reforzar las políticas destinadas a la inclusión y promover la igualdad de oportunidades efectiva entre todos los ciudadanos y ciudadanas, con un papel imprescindible de unos servicios públicos de calidad y universales. Estos objetivos requieren un gran Pacto local por la inclusión, un acuerdo político que contemple la visión de todas y todos para conseguir un compromiso compartido por todas las fuerzas políticas para hacer del a Inclusión un proyecto de ciudad en que se comprometa el conjunto de las administraciones y se implique activamente a todos los actores sociales, en especial al Tercer Sector de acción social. El resultado de este pacto debe materializarse en el desarrollo de un nuevo y auténtico Plan Autonómico de Inclusión social de la ciudad de Ceuta, con objetivos reales y acciones evaluables.

Cada 17 de octubre desde 1993, todas y todos tenemos una cita ineludible con su propia conciencia, con un compromiso ético y moral cuyo cumplimiento, aunque posible, es aún lejano.