Fernández Marugán, defensor del Pueblo
Fernández Marugán, defensor del Pueblo en funciones.

Juan Redondo

Usted, por llamarlo de alguna manera, viene a esta ciudad a dar lecciones de buenismo repartiendo consignas de lo que debemos hacer, pero no dice cuáles son las consecuencias que acarrearía el llevar a buen puerto todas esas mamarrachadas que ha estado diciendo en Ceuta durante su nefasta visita. Su palabrería barata siempre se basa en lo mismo, en los derechos humanos y en una retahíla de leyes internacionales con las que quedar muy bien de cara a la galería pero que a efectos prácticos poco o nada solucionan, ya que es mucho mas fácil predicar que dar trigo y que se sepa usted poco trigo da.

Acto seguido nos dice que aquí nos debemos pasar por el forro nuestro propio padrón y ofrecerles sin más a cualquier persona que se encuentre de manera ilegal y fraudulenta en Ceuta, todo tipo de prestaciones sociales a las que desde luego no tienen derecho. Claro que lo fácil es venir y decir lo que algunos quieren escuchar y quedar como el más bueno y solidario de la película, señalando con el dedo acusador a quienes se oponen a tales medidas y exigen que se cumplan las leyes, que somos la mayoría. Es evidente que a este tipo le viene muy grande el puesto que seguramente algún amíguete bien situado políticamente le ha agenciado, porque lo que está claro es que defiende cualquier cosa que para nada tiene que ver con los intereses del pueblo que es el que además tributa para que le paguen su sueldo.

Eso si, entre tanta palabrería que soltó por esa boca en ningún momento se le escuchó decir nada sustanciosos acerca de lo que esta ocurriendo en el país vecino, a lo más que llegó fue a señalar el comercio atípico como puro contrabando, algo que en Ceuta ya sabemos desde hace muchos años. Un “comercio” del que se benefician principalmente los del otro lado de la frontera y de cuya actividad viven más de un millón de marroquíes. Porque debe tener en cuenta que de esa oscura actividad los únicos beneficiados son las miles de personas que viven al otro lado de la frontera y para nada los ceutíes que son quienes llevan la peor parte en todo ello.

Hablé de eso señor Marugán si quiere y haga causa de ello, llévelo a Europa o a la ONU y denuncie la presión y el sacrificio que para el pueblo de Ceuta supone toda esta situación. Pero va a ser que no, eso le daría muchos quebraderos de cabeza y además habría que enfrentarse al país vecino y para ello habría de echarle bemoles, pues ya se sabe como las gastan nuestros vecinos. Es mucho más cómodo pasar de puntillas sobre lo importante del tema y darnos a los ceutíes un rapapolvo por resistirnos a que nos sigan tomando el pelo, con lo que dada la situación y sus ofensivas declaraciones sobre nuestro proceder, no queda más opción que mandarlo directamente al carajo.

Y como digo lo que pienso de gente como usted, sobre todo cuando vienen dándonos lecciones para después con el buche lleno a costa de nuestro erario público salir escopeteado en el primer vuelo posible y estando harto de tantos embaucadores como los que en el viejo oeste vendían crecepelos engañando a diestro y siniestro pero sacando beneficio de todos sus embaucados, debo añadir aquello de métase sus recomendaciones por donde a bien lo tenga y si puede siga vendiendo sus ungüentos a los incautos que se los compren que todavía los hay, que ya nos encargaremos algunos de ir contando la clase de trileros que tenemos desempeñándose como “Defensores del Pueblo” viviendo a costa de los impuestos de quienes ofende y no defiende.