El Gobierno de la Ciudad no condena la agresión sufrida por un afiliado de un sindicato por el mero hecho de ejercer el derecho constitucional de libertad sindical, así como los insultos proferidos a un grupo de sindicalistas y a la Policía Local. El resultado es justificarlo y ratificar en el puesto al protagonista de tan bochornoso espectáculo.
Desde el PSPC condenamos cualquier vía que no sea la del diálogo, vía que el ejecutivo local desechó hace ya algún tiempo, ahora abogan por la vía agresiva y de montar “circos” en las sesiones plenarias. Consideramos que no están siendo conscientes de sus actos. ¿Con que catadura moral podrán condenar cualquier tipo de violencia o que cualquiera insulte a la Policía Local? ¿Con qué tipo de catadura moral podrán impedir que cualquier ciudadano o grupo de ciudadanos acudan a los plenos a abuchear todo aquello que diga el Gobierno y no les guste? La respuesta es clara, hace tiempo que perdieron cualquier atisbo de moralidad. Todos pensábamos que, conociendo a este Gobierno, se escudarían en esperar que la justicia hablara, no ha sido así. Resulta asombroso que el juicio que se debía celebrar esta mañana haya sido pospuesto hasta marzo y que la parte demanda no se haya personado el día y hora citado ¿ya sabían desde la Ciudad que se posponía?. ¿Por qué a la misma hora que se debía celebrar el juicio ya lo estaban ratificando? Para muchos era desconocido que el protagonista de tan bochornoso acontecimiento tuviera una relación contractual con la ciudad y mucho menos en un cargo de subdirector general, para ocupar dicho cargo ¿no se debe ser funcionario?, ¿lo es?.