En estos días uno de los temas más comentados y polémicos han sido las declaraciones de la Ministra de Igualdad, Bibiana Aido. Son muchas las personas ofendidas, la mayoría de ellas curiosamente son hombres, ¿a qué se debe está alteración por una palabra que según ellos y ellas es un absurdo? a lo mejor en el trasfondo del asunto no es tal la tontería, a lo mejor hay un temor por parte de algunos sectores poblaciones que ven el fin del “imperio machista” y a esto puedan deberse sus críticas que en ocasiones rozan el insulto para con la persona de la Ministra, en este caso, y en otros muchos donde salga cualquier señor o señora defendiendo los ideales de una sociedad equitativa. Desde mi más humilde opinión creo, que para que las sociedades avancen y progresen debe hacerse inciso en la educación desde las edades más tempranas, en las cuales la mayor parte de los aprendizajes se transmiten de forma oral.

Por tanto debemos cambiar el vocabulario a la velocidad que va avanzando la sociedad, pues nos guste o no, si reconocemos haber vivido durantes siglos en un sistema machista y patriarcal, debemos suponer que el lenguaje acompaña a este sistema.

En este progreso del lenguaje debemos ser participes todos y todas, desde la ciudadanía, pasando por las familias y por supuesto sin olvidar al personal docente que se hace cargo de la educación de los más pequeños y las más pequeñas. Puedo decir por tanto, que hasta el momento me siento orgullosa de la Ministra de Igualdad de mi país; señora joven, dinámica, luchadora y como ha demostrado valiente. Recordad una cosa, la sociedad de la que disfrutamos hoy, no es otra cosa, que fruto de las utopías y absurdos que defendían unos cuantos y unas cuantas que en la mayoría de los casos tomaban por locos y locas.