Caballas remitió en la mañana de hoy las mociones de urgencia del pleno de abril que se celebra en mayo, curiosa medida del tiempo la del Gobierno de la Ciudad.

Sorprendentemente la moción de urgencia relativa a la Calle Velarde finalmente no se presentó, según se ha podido saber García Castañeda pidió a Caballas que la retirase porque iba a solucionar el problema. La verdad del tema es que en enero, Caballas presentó una moción de urgencia para que se colocasen bolardos en las aceras de la calle Velarde, principalmente en las puertas de acceso a viviendas y comercios. Se aprobó por unanimidad y un par de semanas después se pusieron 5 bolardos, a continuación de los ya existentes en un edificio de nueva construcción que hace esquina con la calle Espino. Se llegó hasta poco antes de la farmacia de la mencionada calle, en el acerado de uno de los lados. Los aparcamientos sobre la acera se realizan en la de enfrente, la cual sigue sin tener ningún bolardo. Como viene siendo habitual, esta mañana había un vehículo estacionado sobre la acera impidiendo el acceso y salida a un edificio residencial.

García Castañeda pide a Caballas que retire la moción bajo una mentira y un engaño. No quería quedar retratado ante el pleno del incumplimiento que realiza de un acuerdo plenario, el cual a este ritmo habrá cumplido para 2020. Incluso dice que hay gente de la calle que no quiere que se pongan bolardos delante de sus negocios, puede ser cierto, pero en la acera más problemática, la derecha según el sentido de la circulación, casi todo lo que hay son portones de viviendas y fachadas. Las fachadas hasta donde sé no creo que se quejen. Caballas cae una vez más en las trampas del Gobierno. García Castañeda siempre utiliza la misma excusa ‘lo estamos haciendo’, Caballas fue lista en presentarlo como una Moción de Urgencia puesto que anteriormente lo hacían como interpelación y Castañeda en una semana hacía lo que no había hecho en meses (como los malos estudiantes). Pero Caballas ha sido torpe al caer en la trampa. El Gobierno vende constantemente al grupo de la oposición como si fuesen el diablo y en verdad se los llevan al huerto como a corderitos porque son leales y nobles con la institución. Primero con la fecha del pleno, Caballas presentó en tiempo y forma su documentación el 16 de abril, puesto que el pleno tenía que ser el lunes siguiente (tercer lunes de cada mes), y el pago al favor que le hace Caballas de permitir el cambio de fecha porque el Gobierno no había hecho su trabajo fue que el lunes pasado a las 9 de la mañana no admiten una interpelación ”porque la mesa de la Asamblea ya se había reunido y tenía cerrado el orden del día”. Si por costumbre se cierra la entrega de documentación una semana antes, el plazo debería terminar a las 9,30 del lunes anterior, pero el Gobierno ‘toreó’ a Caballas que se vieron en la tesitura de convertir una interpelación sobre las viviendas del Monte Hacho en una moción de Urgencia que por lo visto ha puesto nervioso a más de uno, sólo esa modificación de última hora de los localistas les hizo salir airosos de las artimañas de un Gobierno que pide colaboración y diálogo cuando no hace lo mismo.

Y volviendo a García Castañeda ¿es verdad que a través de Obimace ha externalizado el cuidado de playas pese a que la Ciudad cuenta con maquinaria en el parque móvil con la que se realizaba ese servicio?¿Qué maquinaria utilizará la empresa adjudicataria? Quizás la oposición en vez de creerse ciertas trolas debería realizar estas preguntas y no fiarse mucho de quien no deben.

Esos seres 'despiadados' de Caballas que sufrieron una campaña atroz de la que ahora reniega el propio Vivas echándole las culpas a Bel (es la que trajo a una columnista para hacer campaña contra Caballas, según el Presidente), deberían ser menos benévolos, puesto que el pánico que en un principio aparentaba tener el Gobierno se ha ido difuminando y se empiezan a ver movimientos que realmente dan a entender que sigue todo igual, y que... "siempre nos quedará Paris", gran frase cinematográfica, pero mejor aún si se acompaña del sonido de violines lejanos, pero con patrocinios muy cercanos.