Hoy es día de alegría y felicidad, sobre todo para los más pequeños, y yo me alegro. Hasta que me enteré de que los reyes eran los padres...vivía con una ilusión tremenda esta noche pasada. ¿Cómo podrían traer regalos a todos los niños del mundo si solo eran tres? En fin....

Pero hoy me acuerdo mucho de los que no tienen reyes, no sé si influenciado porque esta mañana al ir al trabajo y parar a desayunar había una persona a la intemperie, tapado con dos cartones.

De siempre me dijeron de pequeño que yo era un utópico, que vivía en un mundo que no existía. Puede ser, pero me resisto a pensar que no fuese posible un mundo mejor.

Hoy me acuerdo de ese ser humano que dormía tapado con cartones, ser vivo que ni siquiera sabrá que es eso de los reyes, hoy me acuerdo de ese segundo ser vivo que aparece en dos días ahogado en las playas de Ceuta, ese ser vivo que sólo será titular de prensa en un recuadro del periódico, hoy me acuerdo de esa persona que no tiene trabajo, (cada vez que paso por la cola del inem doy gracias porque yo también estuve en esa cola), hoy me acuerdo de esa persona que tenga o no trabajo lo que tiene es ansiedad, hoy me acuerdo de todos los que están en un hospital, ya sea como paciente o como familiar, hoy me acuerdo de esos niños masacrados in misirecorde por una país que no recuerda su pasado..., hoy me acuerdo de los que pasan hambre en tantas partes del mundo, incluso hoy me acuerdo,  porque me llega al alma, de ese perro callejero que pasa hambre y frío, sí, también me acuerdo y me niego a pensar que un mundo mejor no fuera posible.

Todas las mañanas cuando me levanto intento recordar lo infinitamente afortunado que soy, por muchas cosas, y yo, que no creo en nada místico ni sagrado, quisiera creer que sí, que existirá un paraíso allá cuando dejemos esta vida terrenal donde los pobres, los hambrientos, los sedientos, los enfermos, etc, etc, serán los realmente bienaventurados.