Nada más llegar Nick Clegg al vagón de tren que nos lleva a Sommerset, en el suroeste inglés, se pone a hablar en castellano. «Muchas felicidades, Mercedes, siento no estar ahí», le dice por el móvil a su suegra, que celebra su cumpleaños. «Sí, sí, con energías, ya sólo quedan seis días», dice y le pasa el teléfono a Míriam González, que ayer se unió a la campaña electoral de su marido.
Quiere que esta entrevista sea en castellano, idioma que habla con su mujer y lengua materna de sus tres hijos. Así, su jefa de prensa no nos entiende y se crea una complicidad en la que participa Míriam. La c...