Olimpismo
Barack Obama llegó en el Air Force One 25 minutos antes de que Chicago se presentará ante el COI. Aunque permaneció solamente seis horas en Copenhague, tanto él como su esposa Michelle desplegaron ante los miembros del COI todo su poder de seducción, pero no sirvió de nada. El COI castigó con dureza horas después la comparecencia de la ciudad de Illinois por la omnipresencia mediática de la pareja en la capital danesa.
Michelle Obama , con un discurso cuidadosamente escrito para la solemne ocasión, emotivo, humano y con alusiones a su padre, fue la auténtica estrella de la exposición.
El matrimonio mostró en diversos momentos de la presentación inequívocos signos de complicidad. Michelle le pasó la palabra al presidente con un beso y una sonrisa y al final del acto, cogidos de la mano, bajaron del estrado para saludar uno a uno a los miembros que se encontraban en las primeras filas. Ninguno de ellos vistió el unifirme oficial de la delegación de Chicago. Quizá tantos guiños agotaron la paciencia de algunos 'cois'.
De amarillo y un gran lazo
Tras una intervención técnica de Pat Ryan, el presidente del comité organizador, llegó el turno para Michelle, que iba muy llamativa con un vestido amarillo de manga corta y un enorme lazo frontal. "Yo nací en la parte sur de Chicago y procedo de una familia trabajadora con valores muy fuertes. Siempre estuve, de pequeña, muy vinculada al deporte con los chicos de mi barrio". Un magnífico inicio para seguir con las alusiones a su padre: "Guardo el recuerdo de estar sentada junto a mi padre alentando a Carl Lewis".
"Con 30 años mi padre tuvo esclerosis múltiple, pero, aun mermado de facultades, no cambió y siguió teniendo una conexión con el deporte sin dejar de jugar con nosotros. Pensaba que su niña debía saber jugar tanto como su niño". El final fue apoteósico y nada de buena mañana hacía presagiar el naugfragio de la candidatura de la 'ciudad del viento' .
"Mi padre nos transmitió las reglas de juego que siguen rigiendo nuestras vidas, haciendo las cosas con honor, justicia y dignidad. Mi padre es mi héroe". La ovación más atronadora no obtendría premio.
Barack Obama lanzó un mensaje de nueve minutos repleto de referencias a la multiculturalidad de Chicago, la ciudad que le acogió definitivamente después de dar tumbos por otros lugares. No fue el discurso más brillante de Obama. Se notó que el presidente había decidido intervenir e involucrarse en el proyecto olímpico desde hacía pocos días. Esa fatal decisión fue, al cabo, una de los errores que hicieron pagar los singulares miembros del COI.
"Deseo que elijan a Chicago como la elegí yo hace 25 años, a la que llamo 'mi casa' y donde conocí a mi mujer. Viví en Indonesia y otros sitios, pero no eché raíces hasta que llegué a Chicago, donde trabajé junto a una gran diversidad de personas con sus culturas y personalidad".
El miembro pakistaní Shalid Alí puso, a contuación, en aprietos a Chicago preguntando sobre las facilidades de entrada a los extranjeros durante el evento. Obama recogió con habilidad el guante ante la falta de explicaciones, dando muestras de su capacidad de reacción.
Pero no bastó que el presidente norteamericano anunciara la apertura de una Oficina olímpica para coordinar junto con el Gobierno federal la entrada masiva de los participantes de los Juegos. Quizá la suerte de Chicago ya estaba echada en esos momentos, pero aún faltaban las escenas de entrega de muchos miembros del plenario, traídos por el carisma innnegable de la pareja.
Departiendo con un café
La fascinación por el matrimonio Obama se desbordó al final del examen de Chicago. Ambos saludaron a los miembros del COI que se encontraban en la primera fila, entre ellos la princesa Ana de Inglaterra, el príncipe Alberto de Mónaco y Nora de Liechtenstein. En el 'backstage', donde se sirviócafé a los participantes, los 'cois' más sugestionados por los invitados se arremolinaron a su alrededor esperando turno para saludarlos y fotografiarse. A continuación fueron recibidos en el parlamento por la Reina Margarita y desaparecieron en dos cadillacs camino del aeropuerto