Opinión
Se ve que nos hemos acostumbrado a que la justicia investigue a la Ciudad por el uso del dinero público de una manera un tanto improcedente, por no decir algo más brusco que pueda dañar la sensibilidad de quienes se creen que pueden hacer lo que realmente le vengan en gana. Que el ex consejero y ex diputado Márquez no haya aparecido a declarar por el contrato a dedo y las facturas sin control que se hicieron a la empresa Africana de Contratas y Construcciones por las obras en el cementerio de Santa Catalina es realmente, para mí, una vergüenza, pero no más vergüenza que la que me produce el hecho de que este gesto no haya movido ni una sola pestaña de quienes tienen la responsabilidad de dar explicaciones como de quienes tienen que seguir con la fiscalización y la denuncia que ya hizo el PSOE de Ceuta hace dos años, porque hay que recordar que esto no hubiera salido a la luz si José Antonio Carracao no lo hubiera llevado a fiscalía, igual que llevó el tema da las carrozas.