Rafa Márquez no pisaba el césped del Camp Nou desde el pasado 28 de abril. Fue durante el partido de ida de semifinales de la Liga de Campeones y el Chelsea estaba enfrente. Poco después del comienzo de la segunda mitad, el mejicano sufrió un encontronazo con Álex y se lesionó la rodilla izquierda. Puyol tuvo que entrar en su lugar. Una vez recuperado de esa lesión, Márquez tuvo un problema muscular en plena pretemporada que le impidió comenzar la temporada junto a sus compañeros. El sábado, ante el Atlético, el defensa azulgrana volvió a revivir sensaciones de las que ya se había olvidado.
Uno de los que más se congratula de su regreso es Pep Guardiola, al que le gustan los centrales que sepan sacar el balón controlado y tengan buen desplazamiento, y el mejicano encarna todas esas virtudes. El técnico no le alineó de inicio ante los «colchoneros», pero le dio media hora en la segunda mitad. Márquez entró en el lugar de Piqué a los veinte minutos de la segunda parte y se le pudo ver en buena condición física.
Márquez hizo pareja con Chygrynskiy, uno de los nuevos. El ucraniano se va adaptando poco a poco al sistema del Barça, aunque se le nota algo fuera de lugar. «Dima», como le llaman en el vestuario, estuvo algo lento en algunas jugadas ante el Atlético, como en las de los dos goles rojiblancos, pero estuvo correcto con el balón en los pies y cada vez está más coordinado con sus compañeros.
Al no poder jugar en Europa, Chygrynskiy será un habitual en los partidos de Liga y Copa, en los que Pep Guardiola aprovechará para dar descanso a los otros centrales que necesitará más frescos para la «Champions».