- lunes 29 abril 2024
Berlín- «Crecimiento, educación y cohesión». Estos tres conceptos abren el acuerdo de coalición entre la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller, Angela Merkel, su formación hermana en Baviera (CSU) y el Partido Liberal (FDP). El documento constituye la clave de bóveda del segundo mandato de Merkel y sanciona definitivamente, entre otros aspectos, la manida rebaja fiscal de la que democristianos y liberales hicieron bandera durante la campaña electoral.
La nueva alianza gubernamental de centro-derecha reducirá los impuestos en 24.000 millones anuales de aquí a 2013 para beneficiar a los hogares y, sobre todo, a las empresas. «Fundamentalmente, se trata de alentar la creación de empleo», argumentaba la canciller en rueda de prensa junto a los líderes de las otras dos formaciones del nuevo gabinete, pues «cada 100.000 desempleados menos equivalen a un ahorro de 2.000 millones de euros».
Frente a las descalificaciones de los socialdemócratas y las reticencias de algunos expertos, Merkel y Guido Westerwelle –líder del FDP y futuro vicecanciller– han plasmado sobre el papel su gran promesa electoral: aliviar la presión impositiva en plena crisis. «No subiremos los impuestos, reduciremos la carga fiscal de las familias y reformaremos el impuesto para las empresas», proclamaba Merkel satisfecha.
Déficit récord
Sin embargo, la medida despierta algunas dudas por el delicado momento que atraviesan las arcas del Estado, con un déficit presupuestario de 81.000 millones de euros –todo un récord para la Alemania reunificada–, consecuencia casi en exclusiva de los dos paquetes de estímulo contra la recesión aprobados el último año. Frente a esas suspicacias, el nuevo Gobierno aboga por convertir la creación de empleo en el chaleco salvavidas que reflote las cuentas públicas. «Sería absurdo crear un fondo para proteger a los bancos de la crisis y luego decir que los trabajadores tienen que pagarlo con sus impuestos», expone el liberal Westerwelle.
El acuerdo rubrica tres semanas de negociaciones en la sede de la delegación del Land de Renania-Westfalia en Berlín, donde los representantes de la CDU, la CSU y el FDP han celebrado sus encuentros. Mientras los liberales exigían una rebaja de 30.000 millones, los democristianos la circunscribían a la mitad. Finalmente, Merkel y Westerwelle se han encontrado en un punto intermedio, una reducción fiscal de 24.000 millones que comenzará a implantarse paulatinamente a partir del 1 de enero de 2010.
Sí a las nucleares
La política energética, otro caballo de batalla, parece haber requerido menos esfuerzos. Democristianos y liberales prolongarán la vida de las centrales nucleares como una «solución-puente» hasta que las energías renovables sean económicamente competitivas. Así se pone punto final al «abandono atómico» aprobado por el socialdemócrata Gerhard Schröder para 2020.
El futuro gobierno alemán apostará por las rebajas fiscales y el apoyo a las familias y a las pequeñas y medianas empresas como fórmula central para combatir la crisis económica y volver a la senda del crecimiento económico.
Así se desprende del acuerdo de coalición, presentado hoy por la canciller, Angela Merkel, el futuro vicecanciller y jefe del Partido Liberal (FDP), Guido Westerwelle, y el presidente de la Unión Socialcristiana (CSU) y primer ministro bávaro, Horst Seehofer.
"Cumpliremos lo que dijimos durante las elecciones y no subiremos impuestos sino, por el contrario, rebajaremos las cargas fiscales para los ciudadanos y las empresas", dijo Merkel, también presidenta de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).
La canciller subrayó además que la promesa de no subir impuestos era válida para los cuatro años de la legislatura.
Westerwelle, por su parte, dijo que el acuerdo de coalición tenía un sello liberal y celebró las rebajas fiscales proyectadas, aunque éstas no alcancen el monto que propuso su partido durante la campaña electoral.
"Queremos que otra vez merezca la pena trabajar y que los ciudadanos obtengan más de su salario bruto", dijo Westerwelle.
"Queremos que las familias sean aliviadas y empezaremos con ello el 1 de enero del año próximo", agregó el futuro vicecanciller.
El subsidio familiar deberá aumentarse de los 164 euros mensuales actuales a 200 euros y la cantidad desgravable por hijo deberá subir de los 6.024 euros al año a 7.004 euros.
En total, se calcula que las ayudas a las familias deberán tener un coste para el Estado de 8.500 millones de euros.
Además, se aplicarán modificaciones a la ley de imposición a las empresas y al impuesto sobre las herencias que significarán un alivio global de 2.500 millones de euros.
A eso deberá agregarse la reforma fiscal que se concentrará en modificar lo que se llamado la "progresión fría" que en ocasiones lleva a que las alzas salariales sean devoradas en buena parte por el cambio de tarifa fiscal y que deberá aprobarse en 2011.
En total, se proyecta una rebaja fiscal de 24.000 millones de euros que se realizará en varios pasos y que deberá cerrarse en 2013.
La canciller defendió hoy las rebajas fiscales pese a la difícil situación financiera diciendo que la única forma de enfrentar el reto de la consolidación presupuestaria era fomentando el crecimiento y el empleo.
"Por 100.000 parados menos habrá cerca de 2.000 millones de euros menos de costos", dijo Merkel.
Westerwelle criticó duramente a quienes son partidarios de subir impuestos para combatir los gastos de la crisis financiera.
"Sería absurdo haber creado un fondo para proteger a los bancos de la crisis y luego decir que los trabajadores tienen que pagarlo con sus impuestos", afirmó Westerwelle.
El acuerdo también contempla una reforma de la financiación del sistema sanitario que en principio deberá llevar a que se congele la cuota por trabajador que pagan los patronos y a crear un aporte que deberá pagar cada empleado, independientemente de sus ingresos.
Los trabajadores de bajos ingresos deberán recibir una compensación -a través del sistema fiscal- por lo tengan que pagar para la financiación del sistema sanitario.
Sin embargo, esos planes todavía no son firmes y deberán ser examinados por una comisión interministerial que se creará cuando se instale el gobierno.
En materia de investigación, educación y ciencia, el nuevo gobierno se ha puesto como meta dedicar a esos sectores el 5 por ciento del presupuesto a partir de 2010.
Respecto a la política energética, el acuerdo contempla prolongar la vida de los reactores nucleares en funcionamiento que cumplan las condiciones de seguridad dando así marcha atrás al proceso de abandono atómico iniciado durante el gobierno de Gerhard Schröder y que debía terminar en 2020.
No obstante, la futura coalición define la nuclear como una energía "puente" que deberá funcionar sólo mientras las fuentes renovables se desarrollan lo suficiente para ser económicamente competitivas y garantizar el suministro energético.
La canciller alemana, Angela Merkel, dio hoy sábado el visto bueno para la formación de una coalición entre la Unión Cristiano Social (CSU), hermana bávara de su partido Unión Cristiano Demócrata (CDU), con el Partido Liberal Demócrata (FDP) tras una jornada maratoniana de negociaciones entre las partes, reveló hoy sábado un líder de su bloque.
El acuerdo allana el camino para la puesta en marcha de una coalición de centro-derecha, aproximadamente un mes después de que la CDU de Merkel y el FDP obtuvieran la mayoría parlamentaria en las elecciones federales en las que el partido de Merkel se hizo con 239 escaños y el FDP con 93. "Hemos llegado a un acuerdo, es un muy buen día para Alemania", declaró el designado ministro de Transportes y líder del CSU, Peter Ramsauer.
Las negociaciones comenzaron hace más de doce horas y se prolongaron hasta la madrugada de hoy sábado mientras el Gobierno lucha por cumplir su promesa de invertir miles de millones de euros en la reducción de impuestos y al mismo tiempo de controlar el déficit alemán, agravado por la concesión excesiva de paquetes de estímulos económicos.