Miembros del anterior Ejecutivo admiten la existencia de Zu Sayn-Wittgenstein y su participación en operaciones estratégicas para España. Félix Sanz mostró su preocupación en círculos muy reducidos por la relación del monarca y la alemana. PP y PSOE mantienen su pacto de protección a la Corona.
Algunos se enteraron tarde, a punto de salir del Gobierno, y otros lo suponían pero ni preguntaban. Sólo un grupo de ellos confirmó entonces la entrañable relación entre el rey Juan Carlos y la alemana Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, la cual llevaba aparejado el posicionamiento de ella como conseguidora en negocios estratégicos para empresas españolas. Negocios que, naturalmente, debían contar con el visto bueno del monarca, generalmente inclinado hacia el Este del globo terráqueo; concretamente, a los mercados ruso y árabe, en donde se encuentran sus más estrechas relaciones de amistad en el exterior.