Todos los ojos de
El Sardinero estaban puestos en ese chaval de 18 años, que atiende por Sergio Canales, y tiene porte de figura y trazas de buen futbolista. Es decir, es un fino estilista que casi siempre elige lo más difícil porque siempre resulta más sorprendente. Pero al final fueron dos
pelados de 30 y 34 años (léase Colsa y Munitis) los que destascaron un partido que se disputaba en el centro del campo, sin amaneramientos, convertido en un teatro de batalla. El Tenerife la quería tocar y el Racing quería correr. Dos formas de entender la resolución de sus urgencias, invirtiendo los papeles que se les supone al anfitirón y al visitante. El problema del Tenerife es que la toca con ganas, pero arriba no tiene nada y el problema del Racing es que quiere jugar a la contra y en la banda derecha, por ejemplo, tiene dos chicos de 35 y 34 años (léase Pinillos y Munitis).
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El Racing se clasificó para los cuartos de final de la Copa del Rey y dejó en la cuneta al Alcorcón, equipo que hoy fue bastante mejor que los cántabros pero sin acertar en las claras ocasiones para marcar de que dispuso.
El Alcorcón salió al ataque para tratar de sorprender a un Racing plagado de suplentes y llegó con relativa facilidad por la banda izquierda, para que Ernesto colgara dos buenos balones al segundo palo, uno de ellos a punto de ser rematado por Nagore, a quien Mario se la arrebató de los pies.
La iniciativa era del Alcorcón y en un mal repliegue de la defensa cántabra un cen...