- sábado 04 mayo 2024
EFE
Un hombre de 30 años falleció este lunes en Algeciras (Cádiz) tras arrojarse desde el octavo piso de un inmueble del que tenía una orden de alejamiento dictada en un caso de violencia doméstica, informó el Servicio de Emergencias 112.
Emergencias 112 recibió a las 06.30 horas una llamada en la que les alertaron de que un hombre se había precipitado desde el octavo piso de un bloque situado en el número 3 de la Plaza Inmaculada.
La Policía Nacional había recibido minutos antes una llamada que avisaba de un quebrantamiento de condena en la misma dirección, según las fuentes. Fuentes del Ayuntamiento de Algeciras explicaron que la Policía Nacional dio aviso a la Policía Local, que envió dos patrullas de barrio al domicilio.
Un grupo de agentes subió por la escalera y otro por el ascensor hasta el piso, donde les abrió la esposa, S.A.Z., de 37 años, y les indicó que su marido, R.I.O., estaba encerrado en el dormitorio, aunque éste ya había saltado al vacío cuando los agentes lograron acceder a la habitación.
Procesos judiciales abiertos
La presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas Victoria Kent, María Isabel García, detalló que se trata de una pareja de bolivianos y que la mujer recibía asistencia desde hace un año en el Servicio de Atención a las Víctimas de Andalucía (SAVA) en Algeciras.
García explicó que sobre el fallecido pesaban tres órdenes de alejamiento tras dos denuncias interpuestas ante el Juzgado de lo Penal y una ante el SAVA. Además, tenía otro proceso judicial abierto por malos tratos en Jerez de la Frontera, según el Consistorio de Algeciras.
También destacó la "eficacia" de las fuerzas policiales porque "al parecer" el fallecido se arrojó al vacío al oír las sirenas de los coches patrulla. "Transcurrió muy poco tiempo entre la llamada y la presencia policial y, aunque hay que lamentar una muerte, es la prueba de que las denuncias funcionan", dijo.
"Cuando la mujer denuncia", afirmó García, "hay medios y la mayoría de víctimas mortales son las que no denunciaron o retiraron las denuncias". Según las fuentes, S.A.Z. se encuentra en buen estado de salud, aunque será objeto de atención psicológica.
El padre del bebé de dos meses y medio fallecido el pasado sábado en el Hospital Materno Infantil de Málaga tras ser presuntamente víctima de malos tratos, que se encuentra ya en prisión, tiene antecedentes por diversos delitos, el último de ellos de junio de 2006, por malos tratos y amenazas.
Al progenitor de los mellizos, S.M., de nacionalidad rusa y 23 años, le constan hasta cuatro detenciones previas por varios delitos como el de hurto, según ha informado hoy en un comunicado la Policía Local, que arrestó a los padres cuando acudieron al hospital el pasado jueves, ante las "incoherencias" en sus declaraciones.
Los padres manifestaron a los policías locales que habían dejado a sus hijos la noche antes con una niñera para poder ir a la discoteca, y sus declaraciones "en ningún caso coincidían con las lesiones referidas en el parte médico" en cuanto al tiempo, a lo que se añadían "indicios más que razonables" de malos tratos y abandono.
Además, cuando los agentes localizaron a los padres en la sala de espera, la madre, la ucraniana O.N., de 20 años, tenía a otro bebé en sus brazos -el hermano del que era atendido- quien con posterioridad se comprobó que también sufría múltiples traumatismos y lesiones, a pesar de que no habían solicitado asistencia médica para él.
Los dos bebés quedaron ingresados en el hospital, uno en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) -donde falleció el sábado-, y el otro en observación del Hospital Materno Infantil.
Sus progenitores fueron detenidos y puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Torremolinos, al que corresponde la demarcación de Benalmádena donde supuestamente se produjeron los hechos y residían los padres, que ordenó su ingreso en prisión provisional.
Fuentes cercanas al caso han informado hoy de que la autopsia practicada al cadáver del fallecido ha confirmado la muerte violenta del bebé.
La Junta de Andalucía ha decretado el desamparo provisional del hermano mellizo, que continúa hospitalizado en situación estable, y ha asumido su tutela, mientras estudia la posibilidad de que sea acogido por su abuela materna.
La propietaria del Bar Juan, situado frente al edificio derrumbado de la calle Rodríguez Arias de Palma, afirmó, en declaraciones realizadas a los medios, que la fachada presentaba "grietas en las que cabía un pie o la cabeza" a la altura de la planta baja, de cuyo inmueble "caían constantemente trozos".
Así lo confirmaron también otros vecinos que se encontraban en la Plaza Serralta de la capital balear, donde siguen las evoluciones de las tareas de desescombro mientras lamentan la situación y, sobre todo, acusaban de "pasibilidad a las instituciones ante la degradación del barrio".
De hecho, la dueña del bar recordó que el pasado viernes un cliente afirmó que ese edificio "se iba a caer" lo que ocurrió finalmente dos días después, a las 00:15 horas de la pasada madrugada.
La hostelera, que reside desde hace 39 años en el barrio, en el propio Bar Juan que dirige, precisó que, del edificio siniestrado, "caían constantemente trozos", al tiempo que aparecían nuevas grietas, en especial, en los bajos del mismo, sin actividad desde hacía 20 años (el local de la planta baja).
"SE ESCUCHO UN GRAN ESTRUENDO"
Por su parte, la vecina del segundo piso del edificio frente al derrumbado, Purificación Arzaya, que fue la primera que avisó del suceso a los Servicios de Emergencias, señaló que, hacía las 00:14 horas de la pasada madrugada se escuchó "un gran estruendo" y tras abrir la ventana comprobó que "no se veía nada, toda la calle estaba llena de polvo y caían cascotes", sin que se escucharan gritos ni otros sonidos procedentes de personas.
Arzaya explicó que los primeros en acudir fueron varios chicos que se reúnen en la Plaza colindante, situada a 30 metros, y que "habitualmente solían visitar a uno de los vecinos del edificio siniestrado, que era su amigo". Más tarde llegó la Policía Local y el resto de efectivos de Emergencias, relató
Esta vecina, que es una de las personas desalojadas de su vivienda, pasó la noche en casa de su hija, mientras que hoy pernoctará en el domicilio de otro familiar, sin que sepa cuando podrá volver al piso que ocupaba. Esta mañana, volvió a su casa para recoger ropa y medicamentos, motivo por el que los bomberos le dejaron que accediera al mismo.