weylandt

El pedal izquierdo de Weylandt

El ciclismo es un juego entre la alegría y la angustia. Como a ningún otro deporte, le preceden anuncios de urgencia: motos con aullido de sirenas, coches que dan bocinazos, zumbidos de helicópteros. El espectador espera con ansia en la cuneta. Va a suceder algo. Pasa el enjambre veloz, un estallido de colores, una pirotecnia emocionante. El espectador aplaude con la felicidad de un crío. Pero a menudo también ve, muy de cerca, escenas inquietantes: muecas de sufrimiento, narices que gotean, miradas perdidas. Hay un contraste violento entre el carnaval de los maillots, tan coloridos, tan fes...

¿Qué provocó el accidente de Weylandt?

"El accidente fue una fatalidad. Ese descenso me recordó mucho a los de La Cipressa o el Poggio, en la Milán-San Remo. La carretera no era demasiado ancha, pero estaba muy bien asfaltada".
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