Ceuta pondrá en marchan 2023 el “Protocolo de detección de soledad no deseada en personas mayores”. Un programa para “romper el aislamiento y la situación de soledad no deseada que viven muchas personas mayores residentes en Ceuta, favoreciendo la promoción del envejecimiento activo y mejora de la calidad de vida y bienestar emocional”.

Se trata de una iniciativa aprobada en Pleno a propuesta de Ceuta Ya! Para poner en marcha las muchas herramientas y servicios de las que disponen las Administraciones Públicas, coordinándolas para ofrecer “oportunidades de encuentro para las personas mayores”; “desarrollar redes sociales de apoyo y facilitar la vinculación de las personas mayores que se sienten solas con la red social de proximidad” y establecer un control y seguimiento de las personas mayores identifcadas que se encuentran en situación de aislamiento y soledad.

El primer paso ese este programa pasa por trazar un mapa de la soledad deseada y de los recursos disponibles, que no solo implican a entidades públicas como los centros de día, de noche, de partcipación actva y residenciales, Servicio de Teleasistencia y el Servicio de Ayuda a Domicilio del SAAD, Centro Asesor de la Mujer y los Centros de Atención Primaria y de Salud Mental. También entran en este objetivo las bibliotecas, escuelas de adultos, los Bomberos, Policía Nacional, Local y Guardia Civil, etc, entidades privadas sin ánimo de lucro como las asociaciones de mayores, asociaciones vecinales, de mujeres, centros residenciales. Sin olvidar las farmacias, entidades bancarias, supermercados, fruterías, carnicerías, pescadería, panaderías, droguerías, mercerías, cafeterías, restaurantes, bazares, tiendas de moda, papelerías, estancos, peluquerías, centros de estética, podólogos, centros religiosos… 

Toda la sociedad implicada en detectar estos casos de soledad no deseada, convertidos en Agente Comunitario, “una fuente relevante de información para detectar y notificar posibles casos de soledad no deseada en las personas mayores que viven en su zona”. “Estas entidades, servicios han de dar consentimiento para formar parte del protocolo como Agentes Comunitarios y aparecer en el mapa. Una vez contactadas las entidades, se les explicará el procedimiento del protocolo y, si deciden sumarse, se les facilitará las herramientas para que puedan notificar las situaciones de soledad no deseada en personas mayores que detecten”.

El protocolo se podrá iniciar por la persona que se sienta en la situación de soledad no deseada o por personas cercanas, amigos o familiares, entidades como Imserso o Servicios Sociales Comunitarios pero siempre con el consentimiento de la persona afectada.

Un vez confirmada la existencia de situación de soledad no deseada de una persona mayor, o de alto riesgo a medio plazo, se procede a poner en marcha el Plan de Intervención Individualizado abordado y consensuado con la propia persona mayor, como parte activa del Plan, salvo en aquellos casos en los que se considere que la persona no está en disposición de tomar esta decisiones, en cuyo caso se hará conforme al criterio de las y los profesionales y las personas representantes legales, velando por el interés superior de la persona mayor.

El Plan de Intervención Individualizado constituirá la hoja de ruta de la intervención en materia de soledad no deseada de la persona mayor, en el que se alinearán todos los recursos comunitarios existentes para trabajar la problemática detectada.

¿Qué es la soledad?

La ciencia tiene diversos criterios para la clasificación de las situaciones de soledad. De forma general, la soledad hace referencia a la experiencia individual en la que la persona siente una carencia en la cantidad o calidad de las relaciones con otras personas. No todas las personas la viven de la misma forma, pero quien la padece refiere sentmientos de angustia, tristeza, miedo y dolor.

En general, la soledad debe considerarse como una situación compleja y multicausal, y es precisamente por ese motivo que se señalan diferentes tipos de soledad:

Soledad objetiva, que es el tipo más fácil de detectar puesto que se trata de la soledad que se escoge o se impone, implicando falta de compañía.

Soledad subjetiva, cuya presencia depende de las circunstancias y aspiraciones de cada persona, y está vinculada a sus sentimientos, emociones y percepciones particulares, no tanto a la compañía.

Soledad emocional, que se presenta cuando se carece de relaciones cercanas íntimas o de especial confianza, como los apegos.

Soledad social, que se caracteriza por la falta de relaciones sociales presenciales o de proximidad, siendo el resultado de la carencia de un círculo amistoso y familiar satisfactorio.

Soledad no deseada, o percepción de que las relaciones interpersonales mantenidas son insuficientes o no son de la calidad o intensidad que se desean que fueran.

La soledad mata

Son muchos los riesgos de la soledad, también para la salud. La soledad aumenta signifcativamente el riesgo de una persona de morir prematuramente, un riesgo que podría rivalizar con el del tabaquismo, la obesidad y la inactividad física. El aislamiento social se asocia a un aumento importante del riesgo de demencia. Las relaciones sociales escasas (caracterizadas por el aislamiento social o la soledad), se asocian a un aumento del riesgo de enfermedad cardíaca y de accidente cerebrovascular. La soledad en las personas con insuficiencia cardíaca se asocia a un riesgo de muerte casi 4 veces mayor.

La soledad, es sabido, se asocia a mayores tasas de depresión, ansiedad y suicidio. En este sentido, la discapacidad en todas sus versiones, las limitaciones, como los problemas de movilidad, los problemas auditivos, de la vista, de la capacidad de entendimiento, los problemas de salud mental y, en definitiva, la dependencia, generan una crisis de la autonomía personal que condiciona el sentimiento de soledad de las personas que lo sufren.