- jueves 02 mayo 2024
Alí, un joven afgano de 20 años, de mirada amenazadora, se pasea como una fiera herida entre las cuatro paredes de su celda en el centro psiquiátrico de Herat. Su rostro, marcado por el sufrimiento, ha envejecido prematuramente por las penurias de la vida que le ha tocado. "Es muy peligroso. No puede estar junto a otros pacientes porque les atacaría y alguno podría resultar gravemente herido", afirma Mohammad Kabir, asistente del centro psiquiátrico de Herat.
El nuevo Base Camp de la Federación de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja no deja ningún lugar para la duda: es un campo para que muchos delegados puedan quedarse tiempo, mucho tiempo. La apuesta de la Institución Humanitaria, por si a alguien le cabía todavía alguna duda, sigue siendo la misma que en el minuto 1 después del terremoto, y en los años anteriores en que se venía trabajando en la zona, tanto como que la sede de la Cruz Roja Haitiana (ahora destruida como se pudo ver en las fotos) fue construida con fondos de Cruz Roja Española. Esa apuesta es continuar trabajando por los más vulnerables, y desde luego, hoy por hoy, hablar de vulnerabilidad es hablar de los de Haití.