- sábado 04 mayo 2024
La historia de la derecha española viene marcada por un estigma que convierte a sus dirigentes en aves rapaces. Devorados a sí mismos, con un cainismo que hace las delicias de sus adversarios. Suárez fue acribillado por los suyos en una UCD desangrada. Fraga pasó el rubicón de AP a trompicones, y solo Aznar impuso la paz. El ex presidente llegó a Génova trece entre un nido de escorpiones y forjó un partido sólido, sin fisuras, con ese liderazgo único por él ahora evocado. La leyenda se repite. Mariano Rajoy atraviesa su momento más crítico con unas «baronías» en permanente lucha. Paco, Esperanza y Alberto le están propinando un buen golpe de cabeza, pero la paciencia franciscana se ha acabado. En el próximo Comité Ejecutivo se espera a un hombre contundente, que ya ha dado órdenes severas para zanjar de una vez el pertinaz pugilato de Madrid y la mal gestionada crisis de Valencia. Rajoy no puede permitirse el lujo de aparecer desautorizado y ofrecer esa debilidad que muchos le cuestionan. Conoce como nadie las dentelladas del PP, que ha vivido en directo. La actual situación de España exige una oposición fuerte y no una jaula de grillos enzarzados en ambiciones personales.
A su conocida frase de Romanones, «Joder, qué tropa», Mariano debe acompañar un sonoro puñetazo en la mesa. Un impecable gesto de mando, para que el barco no se hunda. Pues ya se sabe, no hay peor enemigo que los de la misma casa.
El francés Sebatien Loeb (Citroen) sigue prolongado su leyenda como mejor piloto de rallys de la historia tras conquistar su sexto Mundial consecutivo, sellado con su triunfo en el Rally de Gran Bretaña por delante del finlandés Mikko Hirvonen (Ford), que ha luchado toda la temporada por romper la hegemonía del alsaciano y se ha quedado a solo dos puntos de lograrlo.
El dúo de aspirantes el título se plantó en la tierra británica separados por un solo punto, así que el Mundial sería para el que quedará por delante. Una vez más, Loeb mostró su madera de ganador para conquistar el título y dejar sin premio a Hirvonen, que sigue condenado a vivir a la sombra del nuevo hexacampeón.
Campeones de Europa, del mundo y subcampeones olímpicos. No se puede pedir más. El oro del Eurobasket era una obligación para la mejor generación de la historia del baloncesto español. Gasol y compañía habían asumido el reto y han cumplido con su destino a pesar de todas las dificultades iniciales que se plantearon. Era el único desafío que tenían pendiente y la final no hizo más que confirmar una certeza: cuando los jugadores superasen los problemas físicos no iban a encontrar rival en el campeonato. Así ha sido. La final ante Serbia no existió, o sí. Duró cinco minutos. Fue el tiempo que los balcánicos tuvieron a la selección a la vista. Gasol ordenó el despegue y España resultó imparable. Después de seis finales continentales en las que el máximo premio fue la plata, España, un equipo de leyenda, ya es campeona de Europa.
Hay maneras y maneras de ganar finales. La de España ante Serbia recordó el modo en el que el «Dream Team» ejecutaba a sus rivales en los Juegos de Barcelona. Un ratito para aclimatarse y luego tiempo para que todo el mundo disfrutase. Porque ése es el espíritu con que esta selección afronta cada partido. Lo hacen para pasárselo bien y cuando eso sucede resultan imparables. Así ha sido en el Eurobasket desde el partido de Polonia. Cuatro exhibiciones y partidos resueltos con diferencias jamás vistas hasta la llegada del oro.
España es tan superior a todos los rivales que tenía en Polonia que podía cometer el error de fiarlo todo al talento ofensivo. Era la solución más sencilla, la que menos trabajo conllevaba. Pero el equipo ha sido capaz de ir mucho más allá. Cuando se ha armado en defensa, cuando los problemas físicos dejaron de existir, el trabajo en la retaguardia estuvo cerca de la perfección. A Serbia las facilidades se le acabaron muy pronto. Teodosic, el hombre decisivo en la victoria de semifinales ante Eslovenia, amasó el balón, pero la defensa fue un prodigio de ajustes. Y si la cosa atrás funciona, en ataque la fluidez es una costumbre. En menos de ocho minutos se habían anotado cuatro triples y habían sido cuatro jugadores distintos. Entre ellos no estaba Gasol. Su recital se movió por otros terrenos. Pau se ha convencido de que puede ser tan decisivo en defensa como en ataque y eso le convierte en un arma de destrucción masiva. Con esa actitud resulta letal. Intimida atrás y en ataque es capaz de hacer cosas que ningún otro ser humano de 2,15 puede permitirse. Serbia tuvo el enorme mérito de aguantar el primer arreón español (26-16, min. 11). En el segundo, liderados por Pau, claudicaron. Cuando la selección pudo correr, a Serbia se le acabaron los recursos. Tapones, canastas fáciles, asistencias... Todo el mundo se divertía. Las diferencias pronto dejaron de ser normales para tratarse de una final. Serbia se desangraba y España volaba (50-26, min. 19). El inmenso orgullo de los balcánicos les permitió acercarse (58-44, min. 44), pero el ataque de dignidad reanimó a España. Y es que a Serbia esta final le ha llegado demasiado pronto. Su edad media son 22 años y sus miembros lo han ganado todo en las selecciones inferiores. Al Eurobasket llegaron en pleno proceso de renovación y han ido más lejos de lo que pensaban. Su problema es que se encontraron con una selección de otra galaxia, con un equipo que definitivamente se ha convertido en leyenda.
Sergio Scariolo, un estreno de oro
Primer campeonato y primer oro. El bautizo internacional de Sergio Scariolo no pudo tener un colofón más brillante. El técnico de Brescia vivió una primera fase complicada y su decisión de que Llull se jugara la última posesión ante Turquía provocó críticas en el seno del equipo. Scariolo tuvo ocasión de reivindicarse con los extraordinarios planteamientos defensivos que la selección mostró en la segunda fase. Las defensas sobre Parker y Spanoulis evidenciaron que el equipo nacional está en buenas manos. La Federación está más que satisfecha con el trabajo del italiano, que tiene contrato hasta Londres 2012, y los jugadores también.
n Celebraciones en Madrid. La selección aterrizará en el aeropuerto de Madrid-Barajas a las 9:00 de la mañana y posteriormente acudirá a una recepción oficial en el Palacio de la Moncloa por parte del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Por la tarde, tras un almuerzo oficial de celebración privada, los miembros de la selección campeona de Europa de 2009 acudirán a la plaza de Cibeles para compartir, alrededor de las 19:00 horas, el éxito con los aficionados.
Las lágrimas de Pau en el mejor año de su vida
El año 2009 será inolvidable para Pau Gasol. El líder del equipo español ha ganado todo lo que ha disputado. Primero hizo realidad su sueño de proclamarse campeón de la NBA. Apenas un año y medio le ha bastado para cambiar a los Lakers, entenderse perfectamente con Kobe Bryant y convertirse en el primer español que conquista un anillo. Pau derriba barreras, pero no solo en el territorio nacional, también en el continental. Con la victoria de ayer se convierte en el primer jugador que conquista el Europeo después de haber ganado la NBA. El de Sant Boi tenía una espinita clavada desde que fallara el último tiro en la final del Eurobasket de Madrid hace dos años. Pese a su interminable campaña con los Lakers y a que casi todos daban por hecho que no iría con la selección, Pau decidió acudir. Una lesión en el dedo le tuvo apartado del equipo durante la preparación del campeonato y en los primeros partidos en Polonia no estuvo bien. Pero a partir de ahí ha dado un recital tras otro: ha sido un líder en ambas zonas. Sus puntos y sus tapones le ha llevado a ser nombrado (MVP) Jugador Más Valioso del Europeo.