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El compañero de Alonso se estrella en la curva maldita de Renault

El piloto español Fernando Alonso (Renault) firmó una meritoria cuarta posición en la primera sesión de entrenamientos libres para el Gran Premio de Singapur, única carrera nocturna del calendario, que estuvo dominada por los BrawnGP con Rubens Barrichello a la cabeza.
  La sesión estuvo marcada por el accidente del francés Romain Grosjean, compañero de   Alonso, en la misma zona --curva 14-- donde el año pasado Nelson Piquet Jr. provocó deliberadamente su accidente para provocar la salida del coche de seguridad y poner en   bandeja el triunfo al asturiano.  
   El asturiano, que se impuso el pasado año en esta cita, aunque después se ha conocido que la carrera estuvo amañada, ha vuelto a ofrecer una gran imagen en el circuito urbano de Marina Bay, donde fue capaz de aguantar el ritmo de los BrawnGP y se ha colado entre   los dos Red Bull.   
   El ovetense, que estuvo gran parte de la sesión en su garaje y sólo dio 16 vueltas, consiguió su tiempo (1:50.567) en los últimos compases, quedándose a tan sólo 388 milésimas del veterano Barrichello, el más rápido con 1:50.179 de la primera tanda.  
   El carioca superó en 177 milésimas a su compañero de escudería, el británico Jenson Button, líder del Mundial, y en 237 al australiano Mark Webber, uno de los pocos capaces de seguir la estela de los bólidos de Ross Brawn.  
   Además, el otro Red Bull, el de Sebastien Vettel, se hizo con la   quinta plaza por delante de los McLaren-Mercedes de Heikki Kovalainen  y Lewis Hamilton, vigente campeón del mundo, que fueron sexto y séptimo, respectivamente.  
   Por otra parte, el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) fue noveno,   mientras que el italiano Giancarlo Fisichella, sustituto en la 'Scuderia' del lesionado Felipe Massa, tuvo que conformarse con la   decimoséptima plaza, dos por delante el otro español de la parrilla,   Jaime Alguersuari (Toro Rosso).  
  


--RESULTADOS PRIMERA SESIÓN DE ENTRENAMIENTOS LIBRES.  
   1. Rubens Barrichello (BRA/BrawnGP)      1:50.179.  
   2. Jenson Button (GBR/BrawnGP)            a 0.177.  
   3. Mark Webber (AUS/Red Bull)               0.237.  
   4. FERNANDO ALONSO (ESP/Renault)            0.388.  
   5. Sebastian Vettel (ALE/Red Bull)          0.435.  
   6. Heikki Kovalainen (FIN/McLaren-Mercedes) 0.520.  
   7. Lewis Hamilton (GBR/McLaren-Mercedes)    0.536.  
   8. Robert Kubica (POL/BMW-Sauber)           0.636.  
   9. Kimi Raikkonen (FIN/Ferrari)             0.686.  
   10. Kazuki Nakajima (JPN/Williams)           0.910.  
   11. Nico Rosberg (ALE/Williams)              1.248.  
   12. Adrian Sutil (ALE/Force India)           1.365.  
   13. Sebastien Buemi (SUI/Toro Rosso)         1.464.  
   14. Nick Heidfeld (ALE/BMW-Sauber)           1.477.  
   15. Timo Glock (ALE/Toyota)                  1.904.  
   16. Jarno Trulli (ITA/Toyota)                1.956.  
   17. Giancarlo Fisichella (ITA/Ferrari)       2.211.  
   18. Vitantonio Liuzzi (ITA/Force India)      2.726.  
   19. JAIME ALGUERSUARI (ESP/Toro Rosso)       3.053.  
   20. Romain Grosjean (FRA/Renault)            3.279.        

Una curva maldita

Hay puertos que se eligen por su exigencia en la subida y otros que se escogen por la dificultad de su descenso. La Cresta del Gallo pertenece al segundo grupo: no se pueden hacer muchas diferencias en la ascensión, pero puedes perder la Vuelta y algunas costillas cuando desciendes. Ya dicen los alpinistas que su vida se pone más en juego cuando descienden un ochomil que cuando lo atacan. Allí, en La Cresta del Gallo, un espectador le salvó a Carlos Sastre en 2001 algo más que unas costillas cuando le puso el brazo y amortiguó su caída por el precipicio. Hoy, Beñat Intxausti repitió la escena. El guardarraíl le frenó la caída, pero no el impacto. Luego se le fue la bicicleta en otra curva y tuvo que echar el pie al suelo para evitar una segunda caída. Todo el esfuerzo realizado en la subida para dar caza al escapado Gerdemann se fue al traste en el descenso. El alemán, que lideraba la etapa, fue el segundo en caer. Otra vez una curva maldita y ¡zas!, ilusiones y costillar por los suelos. Y luego otro compañero de Intxausti, en otra curva, y varios más con el pie en el suelo como freno suplementario para estabilizar la dirección perdida. En cierto modo, éste es un puerto que se baja con un pie en el suelo. ¿Dificultad o mística? No se sabe.

Opinión

Tres veces santa (tres veces maldita)

Llevan, llevamos, miles de años peleando por una tierra tres veces santa, tres veces maldita. Una coartada divina que alimenta el semillero de odio que es Jerusalén y ese laberinto que la rodea y que se extiende por ese totum revolutum que llamamos Oriente Medio. Un odio que el sionismo y el fanatismo islamista se encargan de avivar condenando a los palestinos a ser rehenes eternos.
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