Siempre he creído que el gestor público que tiende a pasarse por el forro las leyes debe ser inmediatamente enviado al ostracismo. Aquellos bustos que ilustran los carteles electorales, los
a posteriori presidentes o alcaldes -algunos son ambas cosas- son, a grandes rasgos los verdaderos poseedores del voto de confianza de los ciudadanos. Son los encargados de diseñar y eligir sus gabinetes de gobierno, lo que después, dirá si el líder ha sabido escoger a los mejores para el puesto.
Cuando un responsable político es designado a dedo, debe ser o aplaudido y reprochado por su jefe. Motivo por el que creo que Rajoy tiene razón cuando dice que si Zapatero no echa a Bermejo, se convierte en Bermejo. No deja de ser obvio que el hecho de que el ex fiscal sea ministro es responsabilidad única y exclusivamente del presidente socialista.
Si Bermejo es aficionado a la caza, debería ser consciente del marco legal en el que es totalmente lícita una actividad con muchas cosas que reprochar. No deja de ser un chiste que el PSOE apoye en el Congreso el Proyecto Gran Simio y luego tenga ministros tirando de escopeta para pasar el fin de semana. También es absurdo hablar de derechos humanos a la vez que establecemos cupos de inmigrantes retornables, como si fuese el casco en el que venía antes nos servían la cerveza.
Me preocupa especialmente que los titulares de prensa despierten a diario con decenas de presuntas violaciones de las leyes a manos de los representantes públicos. Tenemos espionajes, corruptelas, cazadores furtivos y rifirrafes políticos barriobajeros. No debería ser esta la síntesis de un país moderno que quiere tener sillas propias en reuniones de alto calado mundial. Es probable que antes de pedir que nos hagan caso, sea más recomendable sacar la basura de casa. No vaya a ser que alguien nos visite y se percate de que esto huele realmente mal.
Por cierto, ya que el PP ha anunciado en los últimos días que iba a expedientar a todos los miembros de su partido imputados en el asunto Gürtel les recuerdo algunos nombres, por si le cogen gusto a esto de la Justicia: Carlos Fabra, Pedro Hernández Mateo o Luis Díaz Alperi. Sólo son algunos, pero tiene toda la casualidad que con las causas en marcha fueron incluidos en las listas autonómicas del PPCV, saliendo electos en 2007. Ahora son aforados e imputados, pero no expedientados.
