- viernes 03 mayo 2024
Sídney ha iniciado las tareas de limpieza para deshacerse de la espesa capa de polvo rojo que dejó ayer la tormenta de arena que tiñó de rojo a la mayor ciudad de Australia, que sufrirá pérdidas económicas de decenas de millones de dólares.
Además de la devastación causada por la arena, que cubrió automóviles y calles y se metió en el interior de casas y edificios, el fuerte viento -superior a los cien kilómetros por hora- destrozó cientos de árboles y tejados, informó la radio estatal.
Procedente del desierto del interior del país, el fenómeno empezó durante la noche del martes y llegó a primera hora del miércoles a Sídney, donde más de 4 millones de ciudadanos amanecieron bajo una espectacular luz roja.
La tormenta de arena paralizó la ciudad y los expertos advierten de que la economía del país se resentirá del suceso durante las próximas semanas.
"Cuando el clima es tal que no es saludable trabajar en el aire libre, causa grandes inconvenientes", dijo Mark Goodsell del Grupo de Industria de Australia.
Godsell pronosticó que las pérdidas económicas llegarán a decenas de millones de dólares por la suspensión de obras, trabajadores que no pudieron ir a sus empleos, retrasos y cancelaciones de vuelos y el coste de la limpieza.
"Todos tenemos que limpiar ahora nuestras casas, incluido yo que me dejé las ventanas abiertas", confesó el experto, que comparó el efecto de la tormenta con el cierre de un aeropuerto, pero a gran escala.
En 1991, Sídney se vio afectada por galernas de vientos huracanados que causaron daños por valor de casi 600 millones de dólares, y en 1999 padeció una devastadora lluvia de granizo.
La situación ha cambiado radicalmente y la ciudad amaneció hoy con un sol resplandeciente y un aire respirable, pero la sequía y el viento continúan presentes en el este de Australia, alertaron hoy los meteorólogos.
Gran parte de la arena que empujaba la tormenta avanzó hacia el estado de Queensland y el Mar de Tasmania, hasta alcanzar a Nueva Zelanda.
Queensland, que ya sufre varios incendios forestales, se prepara para recibir la nube de polvo mientras sus servicios de bomberos están ocupados en apagar los fuegos.
La de ayer fue la mayor tormenta de arena en Sídney desde 1942, calificada como "Día del Juicio Final" por el rotativo local "Daily Telegraph".
La tromba de agua que ha caído sobre Ceuta ha dejado 140 litros de agua por metro cuadrado en tan sólo tres horas, según los datos ofrecidos por la Ciudad. El presidente Juan Vivas ha comparecido ante los periodistas para comunicar los datos recabados por el gabinete de crisis que se ha reunido durante toda la mañana en el Ayuntamiento. Afortunadamente no ha habido que lamentar heridos ni daños personales, y tan sólo una familia ha sido realojada ante la imposibilidad de permanecer en su domicilio.
No fue el sábado, tal y como avanzaba inicialmente la predicción meteorológica, sino el domingo, como se corrigió después, cuando llegó la anunciada tormenta que situaba a Ceuta en riesgo por lluvias. Alerta que al final tampoco ha sido amarilla, sino roja, y es que desde antes de las 6 de la madrugada Ceuta ha recibido una tremenda tormenta que de nuevo ha puesto en jaque el sistema de conducción de pluviales y emergencias de la ciudad. Desde primera hora el dispositivo especial trabaja para recuperar la normalidad, aprovechando el tiempo muerto concedido por la meteorología.