- sábado 27 abril 2024
20MINUTOS.ES
Una pareja de Wrexham (Reino Unido) vive aterrorizada por la posibilidad de que su pequeña Tianne llore. La razón: puede provocarle la muerte.
Tianne Lewis, de sólo dos años de edad, sufre RAS (Reflex Anoxic Seizure), un extraño mal que no permite la circulación de la sangre al cerebro cuando algo le sorprende o le hace llorar.
Andy McHugh y su prometida Ceri Lewis explican a la BBC que cualquier cosa que haga llorar a su pequeña puede parar su corazón:
Los usuarios británicos de internet que reincidan en las descargas ilegales serán desconectados de la red, anunció hoy el ministro de Empresa, Peter Mandelson. En una intervención ante un foro organizado por el Gobierno para debatir sobre los derechos de autor, Mandelson aseguró que se está estudiando introducir una medida similar a la aprobada en Francia.
El ministro dijo que se tratará de una medida que se aplicará como última alternativa y que sólo entrará en vigor una vez que los "piratas" hayan recibido previamente dos cartas de advertencia. "No espero que se produzcan suspensiones masivas del servicio. La gente recibirá dos notificaciones y si se llega al punto de desconectarles de la red tendrán la oportunidad de recurrir", dijo.
Frente a esta medida coercitiva, Mandelson aseguró que el plan del Gobierno para frenar la piratería incluye también introducir una legislación menos estricta en materia de copyright, sobre todo si el material descargado se utiliza únicamente en el ámbito privado.
Mandelson recordó que las industrias relacionadas con los derechos de autor dan empleo en el Reino Unido a 2 millones de personas y que generan anualmente unos 16.000 millones de libras (17.670 millones de euros o 26.125 millones de dólares).
El objetivo de la nueva legislación, que deberá contar con el visto bueno de la Unión Europea (UE), es frenar a la gente que de manera habitual utiliza programas como BitTorrent y páginas web como The Pirate Bay para encontrar y descargar ilegalmente archivos.
Mandelson se declaró impactado por las cifras facilitadas por la industria, según las cuales sólo una de cada 20 canciones que se descargan en el Reino Unido se bajan de manera legal.
"No podemos quedarnos sentados y no hacer nada", dijo el ministro, quien reconoció no obstante que "la legislación y su aplicación sólo pueden ser parte de la solución del problema".
A la larga, argumentó, es necesario también que la industria encuentre nuevas y más baratas maneras para que los usuarios se puedan descargar legalmente los contenidos desde internet
La Autoridad británica de Estándares en Publicidad prohibió hoy la emisión en televisión de un anuncio del yogur líquido Actimel, fabricado por Danone, por considerar engañoso su mensaje sobre los beneficios para la salud infantil. En el anuncio se veía un botellín del yogur saltando a la comba, acompañado de un coro de voces infantiles, mientras una voz en «off» aseguraba que estaba «científicamente demostrado» que el consumo del producto contribuía a aumentar las defensas de los escolares y a protegerlos de enfermedades. El organismo regulador investigó esa afirmación tras recibir la queja de un consumidor y concluyó que no había pruebas científicas suficientes que la apoyaran. El director de la Autoridad, Guy Parker, dijo que los abundantes estudios que había presentado la empresa «no estaban muy lejos» de sostener lo que se afirmaba, pero «se quedaban cortos» y no justificaban totalmente el mensaje publicitario. Parker aclaró que el dictamen no cuestionaba las cualidades generales de Actimel, sino que sólo se pronunciaba sobre si la afirmación específica que se hacía en el anuncio estaba respaldada científicamente. Por su parte, Danone expresó su «decepción» por el fallo y dijo que su alegación estaba «fundamentada». La empresa presentó 24 estudios científicos que aparentemente indicaban que Actimel podía ser beneficioso para la salud en una variedad de circunstancias. Sin embargo, la Autoridad reguladora descartó esos estudios por diferentes razones. Así, consideró que algunos realizados en niños enfermos no podían aplicarse a menores sanos, mientras que otros correspondían a grupos de población diferentes al del anuncio, como bebés o mayores, o el margen de supuesto beneficio para la salud en el grupo de voluntarios era muy bajo.