- sábado 18 mayo 2024
En una organización supuestamente asamblearia como ETA, el número de asistentes a las reuniones ejecutivas es un signo de su fuerza. La detención el jueves del presunto jefe del aparato militar, Alejandro Zobaran, Xarla, y de su segundo, Mikel Oroz, Peru, responsable también de la logística, ha dejado a la dirección bajo mínimos. Sólo tres terroristas se sientan a partir de ahora a una mesa que ocupaban a principios de la pasada década hasta 11 dirigentes. Iratxe Sorzabal, Izaskun Lesaka y David Plá se encargarían ahora de gestionar el actual pulso con la izquierda abertzale y la creciente influencia del veterano Josu Ternera a favor de las tesis posibilistas dentro de la banda.
La política del Gobierno en un escenario de paz pasaría por los beneficios penitenciarios y el fin de la dispersión
Fin de la dispersión y acceso a beneficios penitenciarios. Sobre estos dos pilares se sostendrá la gestión que el Gobierno planea para los reclusos de ETA en un escenario de desaparición definitiva de la violencia. Es la vía Nanclares, en referencia a la cárcel alavesa donde se concentra el grueso de los 25 internos que desde el fracaso del último proceso de paz han abandonado la banda y han asumido por escrito el daño causado a sus víctimas.