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Los bombardeos no detienen a las tropas de Gadafi

Los insurrectos libios aseguran que controlan el puerto de Misrata, pero los tanques de Muamar el Gadafi dominan el centro de la ciudad. Un general británico anunciaba el miércoles la destrucción total de la aviación libia, mientras el mando francés confirmaba ayer que sus pilotos han destruido un aparato que aterrizó en un aeródromo de esa urbe tras haber violado, por primera vez, la zona de exclusión aérea. Los uniformados de Gadafi se dicen fuertes en Ajdabiya, a centenar y medio de kilómetros de Bengasi, y los insurgentes replican que muchos de sus enemigos negocian la rendición en esta población de 100.000 habitantes, la mayoría de ellos huidos. Rumores, propaganda e informaciones poco veraces inundan el panorama bélico. Pero se puede asegurar que los uniformados leales al autócrata asedian y atacan urbes en el oeste, centro y oriente del país, que los misiles de la alianza internacional golpean bases militares y aéreas alcanzando ya remotos objetivos en el desierto. Y que, aunque la guerra está empantanada, las tropas del dictador están sufriendo golpes demoledores.

Gadafi amenaza con una "larga guerra"

Trípoli se levantó ayer con el recuerdo de los ataques de la madrugada. En todas las conversaciones se trataba de describir con bums, zums, trrrr y otras onomatopeyas más sofisticadas los sonidos que se habían oído esa noche. Sobre las dos y media de la madrugada, el ruido sordo de dos explosiones despertó a los habitantes de la capital. Lo acompañó un destello de luz blanca que se reflejó en los rascacielos de la ciudad. Luego ráfagas de disparos de la artillería antiaérea de Muamar el Gadafi. Y después, el silencio.

Gadafi dice estar preparado para una "larga guerra" contra los aliados

El líder libio ha prometido una victoria contra lo que ha calificado como "el nuevo nazismo" y ha asegurado que está "armando a todos los libios"

El líder libio, Muamar al Gadafi, aseguró hoy que Libia está preparada para mantener una "larga guerra" contra las fuerzas aliadas occidentales, que lanzan desde ayer ataques contra las posiciones leales a su régimen.



Los partidarios de Gadafi hacen de 'escudos humanos'

La tarde de ayer llegaron los aviones franceses a Bengasi, y Trípoli se llenó de banderas verdes. Miles de partidarios del régimen tomaron las calles de la capital y se concentraron junto a las zonas militares para convertirse en escudos humanos y tratar de impedir el ataque de las fuerzas extranjeras. "¡Alá, Muamar, Libia ubes! (Dios, Gadafi, Libia y nada más)", gritaron los jóvenes pro-Gadafi en Bab el Azziziya, el cuartel general y residencia del coronel Gadafi. Hubo disparos al aire, bocinazos de coches, derrapes y atascos kilométricos que colapsaron los accesos a la vieja ciudad de Trípoli. Hasta allí acudió Asha, la hija del dictador, que cruzó en coche la carretera saludando a una masa que hasta ayer no se había creído del todo la posibilidad real de ser atacada.

Gadafi ataca Bengasi pese a su anuncio de alto el fuego

El líder libio, Muamar el Gadafi, no está respetando el alto el fuego anunciado ayer en cuanto se conoció que las potencias occidentales se aprestaban a intervenir militarmente en Libia. Ignorando la resolución de la ONU que ayer autorizó el uso de la fuerza para establecer una zona de exclusión aérea sobre el país, aviones militares han bombardeado con intensidad al sudoeste de Bengasi, la ciudad que se convirtió en capital de la insurrección y últimamente en su último refugio, tras la ofensiva del dictador. Poco antes, los rebeldes que defienden la ciudad han denunciado que están siendo atacados por las tropas leales a Gadafi, lo que les está obligando a retirarse hacia el interior de la ciudad. La cadena de televisión Al Yazira, que ha ofrecido un balance de ocho muertos de los bombardeos, asegura que tropas de Gadafi han entrado en algunos suburbios de la ciudad, a la que intentan acceder desde el sur y desde el mar. Un caza militar ha sido abatido sobre la ciudad. El Gobierno de Gadafi, sin embargo, niega que esté atacando la ciudad y asegura que son sus tropas las que han sido atacadas.

Los rebeldes temen un baño de sangre ante la ofensiva de Gadafi

Un bando, las fuerzas de Muamar el Gadafi, está crecido, ataca con vigor a los rebeldes y desafía a Occidente y al presidente francés, Nicolas Sarkozy. El otro, los insurgentes de Libia, desmoralizado y esperando lo peor ante la inacción de las potencias mundiales: un baño de sangre. Y ambos propagan rumores para elevar la moral de los suyos y abatir la voluntad del enemigo. Pero las tropas del dictador, a tiro de piedra de Bengasi, la ciudad cuna del alzamiento, mantienen sin duda la iniciativa y bombardean las poblaciones donde aún ondea la bandera tricolor de los opositores al régimen, en evidente repliegue desde el desierto a las zonas urbanas. Muchos expertos opinan que la guerra de guerrillas en las ciudades, al menos en la región de Cirenaica, está próxima.

Miles huyen de Ajdabiya tras la llegada del Ejército de Gadafi

Las fuerzas del líder libio, Muamar el Gadafi, han entrado este martes en Ajdabiya, una ciudad crucial en cuanto cruce de caminos que pueden llevar tanto a Bengasi, capital de los insurrectos, hacia el norte, como a Tobruk, principal vía de suministro de los rebeldes, hacia el noreste. Según la televisión estatal "han tomado el control" de la ciudad y la "han limpiado mercenarios y terroristas vinculados a Al Qaeda". Unas imágenes que han llevado a muchos libios afines a Gadafi a celebrar en la plaza Verde de Trípoli la contraofensiva de su líder contra los rebeldes, informa Álvaro de Cozar.

Gadafi comienza el asalto a la capital rebelde

Los peores augurios de los alzados contra Muamar el Gadadi en Libia se han cumplido esta mañana. Aviones de guerra del dictador han iniciado a primera hora el bombardeo de Bengasi, la segunda ciudad más importante del país y el feudo de los sublevados, según ha anunciado el coronel insurgente Faradj el Feyturi. Este mando rebelde, contactado por la cadena catarí Al Yazira, asegurado que las bombas cayeron en el aeropuerto de la ciudad.

Los rebeldes huyen ante el avance de Gadafi

Muamar el Gadafi, un apestado para la gran mayoría de los Gobiernos, conoce cómo funcionan los entresijos de la diplomacia mundial. Pasan lo días y los países con poder para frenar la campaña armada del dictador libio se recrean en sus deliberaciones. Estados Unidos elude aparecer como el impulsor de otra operación militar en una nación árabe, y la Unión Europea muestra su incapacidad para ir más allá de sanciones económicas. Gadafi saca partido de la coyuntura y se hace fuerte. Las pequeñas ciudades petroleras del oriente de Libia caen una a una, y las tropas del tirano acorralan a marchas forzadas a Bengasi, la ciudad donde nació la revuelta hace un mes, después de una semana de lucha en un frente de batalla estático. Los rebeldes están en retirada. Al borde de la rendición.

El miedo crece en Bengasi ante el avance de las tropas de Gadafi

Ramadán Budarraa, de 28 años, quemó adrenalina suficiente bajo las bombas la semana pasada como para decidir dar un vuelco a su vida. «Voy a alistarme como voluntario. Me voy al frente con los rebeldes», le dijo decidido a este enviado especial, que desde ese momento se quedó sin intérprete. Pero estrenarse en primera línea de combate, correr y tirarse al suelo para tratar de ponerse a salvo no fue lo que le llevó a tomar la decisión. Lo hizo porque pudo comprobar que para los insurgentes resulta imposible mantener las posiciones ganadas a las tropas de Muamar Gadafi en días pasados. Quiere po...
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