- sábado 18 mayo 2024
El papa Benedicto XVI clausuró hoy el sínodo de obispos africanos e hizo un "apremiante" llamamiento a la reconciliación en África y exigió un cambio del modelo de "desarrollo global", para que éste pueda "incluir a todos los pueblos y no solamente a los más preparados".
El Papa también denunció que la familia africana está amenazada por "corrientes ideológicas provenientes del extranjero" y que los jóvenes está expuestos a ese tipo de presiones, "influenciados por modelos de pensamiento y de comportamientos que contrastan con los valores humanos y cristianos de los pueblos africanos".
El Pontífice así lo manifestó ante varias decenas de miles de fieles que asistieron en la basílica y en la plaza de San Pedro a la misa solemne y ángelus con la que clausuró el II Sínodo de Obispos para África, que se ha celebrado en el Vaticano desde el pasado 4 de octubre bajo el lema "La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, la justicia y la paz".
Entre cantos y lecturas en lenguas africanas, el Pontífice dijo ante los 244 obispos, de ellos 197 africanos, que han asistido al sínodo que el suyo era un "mensaje de esperanza" para África y en varios momentos de la misma dirigiéndose al pueblo africano le dijo: "Ánimo, levántate".
Benedicto XVI subrayó que el proyecto de Dios no cambia con el pasar de los años y que siempre es el mismo: "predilección por aquellos que están privados de libertad y paz, por los que ven violada su dignidad como seres humanos".
"Pensemos en los hermanos de África que sufren la pobreza, las enfermedades, las guerras, las injusticias, violencias y emigraciones forzadas", afirmó el Obispo de Roma, que agregó que la fe en Cristo "cuando es bien entendida y practicada" guía a los hombres y a los pueblos a la reconciliación, la justicia y la paz.
El anciano Pontífice dijo que el mensaje de salvación la Iglesia lo transmite conjugando la evangelización y la promoción humana y echando mano de su última encíclica, de carácter social, Caritas in Veritate, dijo que "es necesario reformar" el modelo de desarrollo global, "de manera que sea capaz de incluir a todos los pueblos y no solamente a los que están adecuadamente preparados".
"La globalización no hay que entenderla de manera fatalista como si su dinámica fuera producida por fuerzas anónimas, impersonales e independientes de la voluntad humana. La globalización es una realidad humana y como tal se puede modificar según uno u otro planteamiento cultural", aseguró.
El Papa Ratzinger manifestó que la Iglesia trabaja "para orientar el proceso" (globalización) en términos de fraternidad y de compartir.
Benedicto XVI añadió que la "urgente" acción evangelizadora de África implica un "apremiante llamamiento a la reconciliación, condición indispensable para instaurar en África relaciones de justicia entre los hombres y para construir una paz ecuánime y duradera en el respeto de cada persona y de cada pueblo".
"Una paz que necesita y está abierta todas las personas de buena voluntad más allá de la etnia a la que pertenezcan, la religión que profesen, la lengua, la cultura o la sociedad de la que formen parte", añadió el Papa, que aseguró a los africanos que la Iglesia se compromete a trabajar con todos los medios a su alcance para que "a ningún africano le falte el pan diario".
Benedicto XVI concelebró la misa con los cardenales africanos Peter Turkson (Cape Coast, Ghana), Wilfrid Fox Napier (Durban, Sudáfrica) y Theodore Adrien Sarr (Dakar, Senegal).
A Turkson, que ha sido el relator del Sínodo, le nombró ayer presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz.
El Sínodo concluyó con un mensaje en el que los obispos pidieron a los países ricos que traten a África con "respeto y dignidad" y que cambien el orden económico mundial.
También aseguraron que el sida se combate con la castidad y la fidelidad y no con preservativos, a la vez que exigieron que se facilite a los enfermos africano el mismo tratamiento contra el mal que el que se suministra a los europeos, al considerar que existe una discriminación en este campo.
En el mensaje, los prelados denunciaron el fanatismo religioso, abogaron por el diálogo y el respeto recíproco con las otras religiones y condenaron la connivencia entre los políticos corruptos africanos y las multinacionales que están esquilmando -según denunciaron- los recursos naturales y fomentando las guerras.
Benedicto XVI rindió hoy homenaje a los anunciadores del Evangelio por la "difícil tarea apostólica" que desarrollan, con motivo de la celebración de la Jornada Misionera Mundial. Para ellos, el Papa pidió "apoyo espiritual y material".
En el rezo del Angelus dominical, el Pontífice recordó a los decenas de miles de fieles y peregrinos que se congregaron esta mañana en la plaza de San Pedro que testimoniar el Evangelio es tarea de cada cristiano.
Asimismo, el Papa destacó la vocación misionera de la Iglesia que debe anunciar el Evangelio del Reino de Dios que, en definitiva, es justicia, paz y alegría. "La Iglesia existe para anunciar este mensaje de esperanza a toda la humanidad, que en nuestro tiempo conoce conquistas estupendas, pero parece haber perdido el sentido de las realidades últimas y de la existencia misma", advirtió.
En este sentido, destacó la labor realizada por el sacerdote don Ruggero Ruvoleto, recientemente asesinado en Brasil, o el padre Michael Sinnot, secuestrado hace pocos días en Filipinas. "Os invito a orar por tantos sacerdotes, religiosos y laicos, que han entregado su vida a la evangelización de los pueblos", exhortó el Papa.
Por otra parte, el Santo Padre saludó al grupo de devotos llegados de Lima (Perú) que, como cada mes de octubre, recorren las calles de Roma con una réplica de la imagen del Señor de los Milagros como parte de las celebraciones por el mes dedicado a esta devoción cristiana.
CIUDAD DEL VATICANO- Benedicto XVI recibió ayer al nuevo embajador de los Estados Unidos ante la Santa Sede, Miguel Humberto Díaz, con un discurso en el que reafirmaba el compromiso de la Iglesia norteamericana «con la protección de la dignidad humana y el respeto inalienable a la vida, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural», así como «el derecho a la objeción de conciencia por parte del personal sanitario y de todos los ciudadanos».
El Papa expresaba así la preocupación de la Santa Sede por que la Administración de Barack Obama extienda el aborto y otras técnicas contrarias a la bioética católica.
El Congreso ha rechazado la propuesta de IU-ICV de reprobar al Papa Benedicto XVI por sus declaraciones en Camerún sobre el uso del preservativo, al no haber recibido ningún voto afirmativo y haberse abstenido el PSOE.
Esta iniciativa, que pedía al Gobierno que protestara "por vía oficial y diplomática" a través del embajador ante la Santa Sede por las manifestaciones del Papa, ha sido rechazada por todos los grupos excepto por el PSOE, que ha justificado su abstención diciendo que el Parlamento no tiene competencias para hacer esta reprobación.
IU-ICV proponía que el Parlamento expresara su consternación y rechazo ante las declaraciones de Benedicto XVI durante su viaje en marzo a Camerún en las que señalaba que "no se puede superar (el SIDA) con la distribución de preservativos", los cuales, añadía, "al contrario, aumentan el problema".
Durante el debate en la Comisión de Cooperación Internacional, el portavoz de ese grupo, Joan Herrera, ha criticado que el mensaje del Papa haya puesto en riesgo "la vida de millones de personas" y ha lamentado que el Parlamento no haya respaldado esta propuesta "ante declaraciones de tal gravedad", como hizo el parlamento belga.
El único apoyo al contenido de la iniciativa ha sido el del PSOE, que ha expresado su "completa discrepancia" con estas manifestaciones y ha destacado "la especial responsabilidad del Papa a la hora de expresarse", por boca del diputado Joan Calabuch, "por las gravísimas consecuencias" que pueden tener sus palabras.
El diputado del PP Gonzalo Robles ha explicado que, por "sentido común", su grupo se ha opuesto, y ha recordado que el Papa es "una persona libre" que representa el sentimiento de muchos millones de personas.
"Tiene un tufillo de prejuicio militante, un tanto dogmático, que tienen determinados sectores de la izquierda frente a lo que significa el papel de la Iglesia", ha señalado Robles sobre esta iniciativa.
Desde CiU, Carles Campuzano ha opinado que la propuesta pretende "generar titulares mediáticos" y aprovechar estas manifestaciones "para generar una cruzada sobre el papel de la Iglesia Católica".
Aitor Esteban, del grupo nacionalista vasco, ha dicho no compartir las palabras del Papa, pero considera que la redacción de la iniciativa planteada "no es la más adecuada y está queriendo forzar la cuestión a un terreno más ideológico que el de la lucha contra el SIDA".