Nick Carter, Brian Littrell, Howie Dorough y A. J. McLean ya no son aquellos adolescentes que en 1996 convirtieron a Backstreet Boys (BSB) en la «boyband» por excelencia de la última década. Siete discos y doce años después, el tirón no es el mismo de sus inicios, cuando se colocaron en lo alto de las listas con éxitos como «Everybody», «All I have to give» o «Quit playing games». Un ascenso fulgurante que parecía acompañado del carácter efímero de este tipo de fenómenos, con un furor juvenil condenado a la desaparición por el simple paso del tiempo. Pero BSB constituyen un raro ejemplo de longevidad en el género de los grupos de chicos, con ilustres precedentes como New Kids On The Block o Take That.
Por encima de la treintena
Lejos de las millonarias ventas de los últimos 90 y primeros años del nuevo siglo, la publicación de «Unbreakeable» (2007) y el reciente «This is us» han sido suficiente para prorrogar una adolescencia que ya no les pertenece: todos, salvo Nick Carter, superan la treintena. Lo mismo ocurre con sus seguidoras, que hace tiempo dejaron atrás aquellos años en que exhibían las fotos de sus ídolos en las carpetas camino del instituto.
Ana y Adilia, presidentas del Club de Fans de BSB en España, explican que actualmente cuentan con «algo más de 1.700 socios, la mayoría de los cuales están desde el principio y se han mantenido fieles al grupo todos estos años. Hay una lealtad y una constancia en el apoyo bastante marcadas». No menos, añaden, que la demostrada por estos cuatro chicos de Florida (el quinto, Kevin Richardson, abandonó en 2006), y destaca además que en los últimos meses, a raíz del lanzamiento de su último trabajo, ese número de seguidores se ha visto incrementado de manera considerable. La prueba de ello podrá verse mañana en el Palacio de los Deportes de Madrid, que será testigo de su regreso.
Sus fans hablan de la madurez y evolución de BSB, de cómo han ido componiendo sus propias canciones, de los nuevos estilos a los que se han acercado y del regreso a los ritmos más bailables de sus orígenes que supone «This is up». Y, por supuesto, también de un ciclo que se cerró de manera definitiva: «Obviamente ya no es un grupo «teen»; lo fue en su momento, pero eso se acabó». Y lo hizo en el mismo instante, prosiguen, en que sus seguidoras abandonaron dicha etapa: «Tenía 13 años cuando los escuché por primera vez, marcaron mi adolescencia. Ahora mismo, con mis 28 años y una hija de 10 meses, sigo sintiendo la misma ilusión y emoción cuando voy a un concierto o sacan un disco nuevo, la magia continúa», comenta Erika, otra de las integrantes del Club de Fans.
En su regreso habrá coreografías, juegos vocales, algunos de los temas nuevos y, por encima de todo, los éxitos que los convirtieron en un fenómeno que se resiste a desaparecer aunque algunas cosas hayan cambiado: «Ya no somos las admiradoras que se tiran del pelo o gritan cuando les ven, pero sí sentimos un cosquilleo que nos recuerda porqué nos hicimos seguidoras de Backstreet Boys».
Boys, Boys
Aunque el término «boyband» se acuñó en los 90, hay algunos precedentes significativos en los años 60 (The Monkees), 70 (Jackson Five) y primeros 80 (New Edition), hasta llegar a New Kids On The Block, grupo que marcaría el camino a seguir por un género que en los últimos años ha experimentado un «revival» que va del pop «teen» de Jonas Brothers a la estética seudopunk de Tokio Hotel. Todo sin olvidar el triunfal regreso de Take That, las carreras en solitario de Robbie Williams y Justin Timberlake (que salió de N’Sync) ni el álbum que Westlife lanzará el 30 de noviembre.
- Cuándo: mañana, 31 de octubre.
- Dónde: Palacio de los Deportes. Madrid .
- Cuánto: desde 40 euros.
La última vez que el Barça disputó una prórroga fue de mal recuerdo, ante la Gramenet en la primera eliminatoria de Copa que disputó aquella temporada el equipo de Rijkaard. Se jugó en el Municipal de Santa Coloma a partido único y sobre césped artificial. Al final del choque no se había movido el marcador y el Barça, incómodo por la extraña superficie y las dimensiones del campo, vio cómo finalmente un gol de Óscar Ollés daba al traste con sus aspiraciones coperas. Pero aquel año cayó la Liga
Se acabó la benevolencia. No más prórrogas. Se ha dado el tiempo suficiente. Pues no. Si hace tan sólo cuatro días Yolanda Bel lanzaba un ultimátum a los empresarios del Tarajal, tan sólo ha hecho falta una reunión en Presidencia para que todo vuelva a la normalidad, las aguas a su cauce tranquila. Al final sí que habrá prórroga para solicitar la regularización, que además se llevará de manera personalidad.
Las obras de construcción del nuevo hospital se retrasarán al menos tres meses, según ha anunciado el director provincial del Ingesa, Jésús Lopera. La empresa constructora ha pedido una prórroga del plazo de finalización, que originalmente estaba marcado en el mes de enero de este año. El Ingesa está estudiando la propuesta para su aprobación.
El Imserso ha decidido prorrogar y aumentar el convenio de teleasistencia domiciliaria que mantiene con la Ciudad Autónoma. Gracias a este acuerdo, centenares de personas mayores pueden seguir viviendo en sus domicilios sin estar desatendidos en caso de posibles accidentes o necesidades urgentes. El coste del programa para este año es de 94.267 euros, de los que el 61 por ciento proviene del Imserso y el resto de la Ciudad. El año pasado el presupuesto era de 73.104 euros, lo que ha supuesto un incremento para este ejercicio del 22,5 por ciento. También se pretende que el mayor número de personas posibles se puedan acoger a esta iniciativa, por lo que de 342 usuarios en la actualidad se quiere llegar a 500 para fin de año.
La Consejería de Medio Ambiente ha decidido prorrogar por seis meses los permisos concedidos a las empresas Mejillones y mariscos de Ceuta y Atunasa para los proyectos pilotos de miticultura instalados en las aguas locales, según informa el Boletín Oficial de la Ciudad. Las especificaciones a las que se someterán ambas empresas son las mismas que las de los permisos anteriores, que tuvieron un año de duración.
