El Girona pudo ganar
El Girona arañó un punto de Anoeta que pudieron ser tres si a falta de diez minutos para el final no hubiera empatado la Real. Imanol Agirretxe fue la figura, ya que sus dos goles evitaron la victoria de los rojiblancos.
Kiko Ratón y Moha, que volvía a la que fue su casa la pasada temporada, se erigieron en los hombres más peligrosos del conjunto catalán en el primer tiempo, en el que aprovecharon los grandes espacios que dejaron los locales en el centro del campo. Después de algunos avisos llegó el primer tanto del Girona, obra del propio Kiko Ratón al culminar una buena jugada de Galán y batir de duro disparo al chileno Claudio Bravo, quien volvía a la titularidad tras los compromisos con la selección de su país. El único argumento de peligro realista en este periodo lo generó Agirretxe, con una vaselina que salió desviada por poco.
Martín Lasarte, técnico de la Real, reaccionó ante los pitos de la afición cuando se llegó al descanso e introdujo cambios, como la entrada del capitán Aranburu y del joven valor Griezzman, que dieron otro aire al equipo. Los frutos fueron inmediatos: mejoró el rendimiento y llegó el gol del empate por medio de Agirretxe, que se perfila como uno de los máximos goleadores de la Liga. Cuando mejor estaba jugando el conjunto guipuzcoano y parecía más próxima su victoria, llegó un gol de bandera del delantero Roberto Peragón, al dirigir el balón a la escuadra sin que Bravo pudiera nada. Todo parecía abocado a una derrota de la Real, pero en uno de los últimos alientos del partido llegó el definitivo empate, nuevamente con Agirretxe como protagonista al marcar su cuarto gol de la temporada