resucita

2-3. Pato resucita al Milán en el Bernabéu

La pegada del brasileño Pato, autor de dos goles en el clásico de Europa entre Real Madrid y Milán (2-3), resucitó al conjunto italiano a costa del equipo del chileno Manuel Pellegrini, que agravó con errores individuales la ausencia de un estilo de juego.
       El Real Madrid no sabe, de momento, ganar encuentros ante rivales de entidad. En su primera prueba en Sevilla fue vapuleado por momentos. Ante un Milán, alejado del virtuosismo del pasado, encajó la segunda derrota. Dolorosa por graves errores individuales y por dejar escapar la oportunidad de sentenciar el grupo frente a un rival propicio.
       Porque el Milán, pese a su triunfo, no es ni la sombra del equipo que fue. Solo el brasileño Pato, un diablo repleto de calidad, aporta algo de luz en un equipo que juega andando. Al ritmo de sus veteranos futbolistas.
       Al trote de un Ronaldinho que representa la delgada línea que separa al futbolista de instalarse en la elite a convertirse en uno más. Alejado de las virtudes que le convirtieron en el mejor del mundo. Instalado en la polémica de las largas noches y cortos entrenamientos.
       El estado de los equipos no rebaja el atractivo de un clásico europeo. Real Madrid y Milán representan 16 Copas de Europa. Han engrandecido a la competición más prestigiosa del 'Viejo Continente'. El ambiente especial de noche mágica se respiraba en el Bernabéu. La calidad del partido no acompañó. Los goles pusieron emoción.
       A un futbolista como Cristiano Ronaldo siempre se le echa de menos, pero en encuentros como el que planteó Leonardo a Manuel Pellegrini aún más. La derrota milanista en casa ante el Zúrich le obliga a quemar sus opciones apostando por el ataque. Dos equipos con tres delanteros en el campo. Espacios para el portugués que se lamenta en su palco, del tobillo maltrecho.
       Real Madrid y Milán se atraparon de inicio en un fútbol falto de ritmo. La ilusión de Kaká, en el reencuentro con el equipo que multiplicó su dimensión, tiró de un conjunto que no encuentra la brillantez de un estilo.
       Las bajas atacan al conjunto madridista. Impidieron a última hora la titularidad de Gonzalo Higuaín. Permitieron una nueva oportunidad para Benzema. Perdido por momentos sobre el césped, brillante en acciones aisladas. Como la jugada en el rincón derecho del área, cuando fue derribado por Zambrotta, en un penalti que el único que no vio fue el colegiado belga De Bleeckere.
       Se cumplían quince minutos de tanteo, a ritmo de Kaká, con el Milán sin llegar a la portería de Iker Casillas y Granero probando a Dida. A su segunda intentona el disparo fue igual de blando, pero se encontró con un inesperado regalo del veterano portero brasileño.
       Pensó Dida en sacar rápido en vez de asegurar el balón en sus manos y al lanzar la carrera se le escurrió. No podía ser otro. El más listo de todos. Quien vive cada segundo del partido con la misma intensidad. Raúl González. El que recogió el regalo y marcó a puerta vacía.
       El duelo entre los dos máximos goleadores de Europa, Raúl e Inzaghi, caía del lado del capitán madridista. Su tanto 68 en su competición preferida. En un partido importante para los que piensan que ya sólo está para marcar en encuentros ante rivales menores.
       El Milán se redujo en el primer acto a las carreras de Pato. Solo orden italiano, que no supo interpretar el Real Madrid. Llegó sin continuidad. Sin rematar dentro del área. 'Lass' con un centro chut y un zapatazo lejano. Marcelo con un eslalon que culminó con un zurdazo que sacó como pudo Dida despidieron una discreta primera mitad.
       Debía sentenciar el Real Madrid en la reanudación. Subir el ritmo para mostrar las carencias del rival. Evitar su resurrección, como hizo ante el Roma en la última jornada de la liga italiana. Pero perdonaron Raúl y Kaká. Dos remates del capitán acabaron en manos de Dida, que sacó el guante izquierdo a un disparo cruzado de Kaká con aroma de gol.
       Parecía muerto el Milán cuando la indiscutible calidad de uno de los veteranos dinamitó el partido. Sin la posibilidad de elaborar jugada, inventó Pirlo un latigazo a 35 metros que sorprendió a Iker Casillas. Reaccionó tarde y se encontró el balón cuando ya tocaba la red.
       Unos minutos de duda costaron caros al Real Madrid. Asimiló mal el tanto. Zambrotta con un disparo lejano y Seedorf con la derecha avisaron. Un error garrafal de Casillas dio la vuelta a todo. Acostumbrado a realizar paradas milagrosas, Iker dejó boquiabiertos a todos al medir mal en una salida a un pase largo y dejar a Pato marcar a puerta vacía.
       Alejado del fútbol que desea Pellegrini, que no reaccionó en el banquillo, solo la heroica podía salvar algún punto. Sin orden. Con Raúl sacando saques de esquina llegó el empate. Encontró a Drenthe en la frontal del área, que conectó un zurdazo ajustado al palo para empatar.
       Había fe en la remontada, pero el Real Madrid se cayó como un castillo de naipes. Resucitó por momentos Casillas para sacar con el pie un disparo de Pato solo, pero nada pudo hacer en el último minuto cuando de nuevo el brasileño le fusiló a placer tras asistencia de Seedorf.
       Era la sentencia en plena polémica. Instantes antes el colegiado había anulado ante el asombro de todos un tanto en propia puerta de Sergio Ramos que provocó una tangana. Ronaldinho golpeó la cara de Raúl. Pepe le lanzó dos patadas recordando una imagen que parecía olvidada.
       El Milán resucitó para llevarse el primer triunfo de la historia en el estadio Santiago Bernabéu. Hace crecer las dudas en torno a Pellegrini. El clásico de Europa. La madre de todos los partidos escribió una página más de un duelo repleto de pasión.
       . Ficha técnica:
       2 - Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Raúl Albiol, Marcelo; 'Lass' Diarra, Xabi Alonso, Granero (Drenthe, m.66) ; Kaká, Raúl y Benzema.
       3 - Milán: Dida; Oddo, Nesta, Thiago Silva, Zambrotta; Ambrosini, Pirlo, Seedorf; Ronaldinho (Flamini, m.90), Pato e Inzaghi (Borriello, m.60).
       Goles: 1-0, m.19: Raúl. 1-1, m.62: Pirlo. 1-2, m.65: Pato. 2-2, m.75: Drenthe. 2-3, m.88: Pato.
       Árbitro: Frank De Bleeckere (BEL). Mostró cartulinas amarillas a Albiol, Raúl y Marcelo por el Real Madrid, y a Zambrotta y Pirlo por el Milán.
       Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada de la fase de grupos de Liga de Campeones, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 79.200 espectadores, 3.000 de ellos seguidores del Milán. Presidieron el partido junto a Florentino Pérez, el presidente de la UEFA, Michel Platini, y de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Angel María Villar.

España resucita ante Lituania (84-70)

La selección acudió a la cita que tenía con la victoria y arrasó a una Lituania que se marchó al final del primer cuarto con una ventaja de nueve puntos (15-24) y que sufrió un parcial de 23-0 en los primeros siete minutos del segundo, que fue prácticamente definitivo.
       España comenzó bien, con dos canastas de Rudy y Navarro. Y ahí se quedó. Lituania, un equipo teóricamente desahuciado y en caída libre, pareció revivir con tres triples de cuatro intentos a los cinco minutos, 10-15. Volvió a dar la impresión de que contra España es fácil meter triples.
       Las cosas iban de mal en peor, con 10-19 en el minuto 7, y un quinteto español completamente diferente en cancha. Al final de los primeros minutos, 15-24 y una sensación: el juego de España es capaz de resucitar a cualquier selección moribunda.
       Y... de repente: España. Siete minutos y un parcial de 23-0. Navarro las metió, Garbajosa también y Pau y Rudy. Y también se defendió y se robaron balones.
       La selección española abrió de par en par las puertas del infierno a una Lituania incapaz de reaccionar ante el vendaval hispano. De perder por nueve a ganar por catorce. Todo un mundo en siete minutos.
       Las rotaciones hicieron que la selección perdiera pegada y renta y que se fuera al descanso con ocho de ventaja, 40-32. Mucho más de lo esperado al principio y mucho menos de lo que podía haber sido, porque Lituania estaba con pérdida de conocimiento.
       Once días atrás, el 3 de septiembre, en Vilna, Lituania endosó a los españoles una dolorosa derrota por 94-72 en lo que fue el comienzo de todos sus males: malos porcentajes de tiros, sobre todo triples y libres, y una defensa poco efectiva.
       Lituania se marchó herida pero viva al descanso e intentó resucitar ante las facilidades que pareció dar de inicio del tercer cuarto el equipo nacional. Pero las heridas de los bálticos eran tan profundas como parecían, por su casillero de victorias a cero, y Pau Gasol se encargó de abrirlas más con su dominio total bajo el aro en ataque.
       Con 57-41 a falta de dos minutos y medio, España buscó cerrar definitivamente el partido, algo que hasta ahora se le había negado. Alcanzó los veinte puntos de ventaja, 62-42 y acabó el tercer periodo con veintiuno, 64-43.
       La selección no quiso más. Aguantó la ventaja mientras que el seleccionador intentaba no castigar con demasiados minutos a los Pau, Navarro, Rudy o Garbajosa.
       España cumplió con su cita con la victoria, pero deberá ganar el próximo miércoles a Polonia, que contará con el apoyo de once mil gargantas, si quiere estar en Katowice en la fase final.
      
       . Ficha técnica:
       84 - España (15+25+24+20): Rubio (5), Navarro (13), Rudy (11), Garbajosa (10) y Pau Gasol (19) -equipo inicial-, Mumbrú (5), Raúl (5), Marc Gasol (9), Llull (0), Cabezas (0), Reyes (7) y Claver (0).
       70 - Lituania (24+8+11+27): Kalnietis (8), Maciulis (2), Lukauskis (0), Kristof Lavrinovic (6) y Petravicius (13) -equipo inicial-, Jomantas (11), Javtokas (10), Kleiza (8), Mazutis (0), Darjus Lavrinovic (4) y Delininkaitis (8).
        Árbitros: Sreten Radovic (CRO), Zoran Sutulovic (MNE) y Ademir Zurapovic (BIH). Sin eliminados.
       Incidencias: Partido de la segunda jornada del Grupo F de la segunda fase del campeonato de Europa de baloncesto, disputado en el Arena Lodz ante 6.500 espectadores.

La declaración de Garzón «resucita» a las dos Españas a las puertas del TS

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón defendió hoy durante casi dos horas y media su competencia para investigar las fosas del franquismo ante el instructor del Tribunal Supremo Luciano Varela, que instruye la querella interpuesta por el sindicato Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad en la que se le acusa de un delito de prevaricación en relación con la causa abierta por este magistrado por las desapariciones tras la Guerra Civil Española. Según fuentes de la acusación, Garzón negó firmemente haber incurrido en prevaricación alguna y se negó a contestar a la batería ...

Saviola 'resucita' con el Benfica

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