Copenhague- A la salida del auditorio del Bella Center, la reacción del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, fue una mezcla de tristeza y aliento. «El esfuerzo ha merecido la pena y nos vamos con el convencimiento de no haber perdido nada», señaló profundamente emocionado. El alcalde probaba por segunda vez el sabor de la derrota, aunque esta vez mezclado más que nunca con la satisfacción del trabajo bien hecho.
Tras felicitar a Río de Janeiro, Gallardón recordó que «hemos tenido todo el apoyo que hemos necesitado» y que queda «la ilusión de haber superado a Chicago y a Tokio». «Nosotros hemos apostado por la calidad y Río por los primeros Juegos en Suramérica», comentó buscando razones.
El mismo mensaje se escuchaba a la salida de la Asamblea del Comité Olímpico Internacional. Allí el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, insistió en que España «ha hecho las cosas muy bien», aunque reconoció la decepción. Algo más reflexivo estuvo el único miembro español del COI, Juan Antonio Samaranch Salisachs, que consideró que, finalmente, la regla no escrita de la rotación de continentes ha pesado y, algo más: la potencia económica de Brasil.
Las lágrimas, en el hotel
No fue hasta la vuelta al hotel donde se aloja toda la delegación de Madrid’16 cuando la emoción llegó a las lágrimas entre los que llegaban del Bella Center y los que les recibieron en la calle con una gran ovación. Los aplausos, que duraron varios minutos, fueron una constante después durante la rueda de prensa ya que, a la llegada o mención de todos los que han participado en el sueño olímpico madrileño, la audiencia en pie.
«Nos hemos batido el cobre, hemos llegado a la final y no hemos ganado», resumió el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. El pentacampeón del Tour de Francia, Miguel Indurain, también optó por una comparación deportiva: «Hemos llegado hasta el esprint, hemos pasado ciudades importantes y en el último momento ha llegado la derrota». La derrota era amarga, pero han sido muchos días de ilusiones compartidas, por eso el alcalde de Madrid se deshizo en elogios con todos sus colaboradores.
«Creo que, pese al resultado, todos podemos estar profundamente orgullosos de la imagen que de España han dado los Reyes», comentó sobre el apoyo incondicional de la Casa Real. «Sabían que la carrera era difícil pero no dudaron ni vacilaron, sino que se volcaron con nosotros», añadió. Igualmente, puso sobre la mesa la solidaridad de las instituciones pese a la adversidad. «Especialmente a los portavoces de IU, Ángel Pérez, y del PSOE, David Lucas», señaló, y a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, con la que bromeó, «todo el mundo tiene ese imaginario colectivo de que tú y yo estamos permanentemente en disputa», antes de fundirse en un abrazo.
El agradecimiento más sentido fue para la consejera delegada de Madrid’16, Mercedes Coghen, y para el vicealcalde Manuel Cobo. A la primera por hacer un trabajo «sencillamente formidable. Has conseguido motivar a tu gente y ejercido un liderazgo con templanza gracias también a un colaborador de oro en el Ayuntamiento de Madrid, Manuel Cobo».
Por último dedicó una ovación al equipo de Madrid 2016 que, a diferencia de Gallardón, no contuvo las lágrimas y se mostraba desolado. «Nuestro trabajo no ha sido en vano. Entre todos hemos aprendido cómo conseguir grandes proyectos, y si no lo logramos no vamos a hundirnos. Madrid seguirá soñando», declaró.
Y llegó la pregunta del millón, si volverá a intentarlo en 2020. Y la misma respuesta por parte de todos los protagonistas: «No es el momento». «Madrid ha hecho lo que tenía que hacer y hemos dado una formidable lección a España y al mundo de unidad, de ilusión y de profesionalidad. No debemos dejar que esto rompa nuestras ilusiones», recalcó. «La ciudad tiene que seguir buscando todos y cada uno de aquellos objetivos que piense que van a convertirla en una ciudad mejor».