Opinión
Me disponía a viajar a la península el pasado jueves, para participar junto a mis colegas de la Universidad de Granada en el Congreso de Economía Regional que se celebraba en Baeza. En dicho Congreso académico queríamos presentar lo que hasta el momento hemos avanzado en nuestro estudio acerca de la influencia del desarme arancelario de Marruecos sobre la economía de Ceuta. Pero además, yo estaba especialmente satisfecho por el resultado de la tan esperada sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía respecto a determinada convocatoria 'fantasma' en una empresa municipal de Ceuta para dar una plaza fija a un familiar directo de una Consejera. Sobre todo después de que la Fiscalía de Ceuta decidiera no seguir adelante con las investigaciones de la, también escandalosa, contratación del hermano de otro Consejero, en base al principio de intervención mínima del Derecho Penal, y ante la falta de evidencias suficientes de que los que llevaron a cabo la contratación conocieran al contratado (¿?).