“El pueblo que no conoce su Historia no es dueño de su presente”, advertía Yolanda Aparicio, vicesecretaria general y secretaria de Administración de UGT Ceuta en la apertura del acto de entrega del IV Premio Antonia Céspedes ‘La Latera’, que en esta ocasión rinde homenaje a la memoria del doctor Enrique Santiago Araujo, socialista y sindicalista, asesinado en 1936 por los falangistas.

Un homenaje en el que no solo se rinde tributo al joven médico fusilado por sus ideales, sino a las cinco mujeres, su madre y sus cuatro tías, que mantuvieron unida a la familia tras el crimen, resistiendo para construir una sociedad mejor. La prueba viva de que lo lograron es Enrique Santiago, nieto del homenajeado y líder del Partido Comunista de España y secretario de Estado para la Agenda 2030, presente en los actos en memoria de su abuelo. 

“Un homenaje que deberían hacer las instituciones y no la UGT”, resaltó Pepe Álvarez, secretario general de UGT, que, un año más, ha querido estar presente en los actos de defensa de la Memoria Histórica en Ceuta y que promete estar en cada edición en el futuro, sea o no secretario general de UGT. “Hoy me he emocionado en Ceuta, he sentido como propia la emoción de esta familia”, reconocía, admitiendo de paso que desconocía la historia familiar de Enrique Santiago, con quien le une una especial relación de amistad.

En su intervención, Pepe Álvarez ha querido recordar a los trabajadores y las trabajadoras asesinados sin cometer ningún delito, simplemente por pertenecer a UGT y la destacado la necesidad de “conocer y reconocer la historia de aquellos que dieron su vida luchando por la libertad”.

“Personas como el Doctor Enrique Santiago Araujo del que nos alegramos se haya conocido su historia y haber podido homenajear a su familia, trasladarles nuestro cariño y nuestro apoyo y reivindicar públicamente su figura” ha añadido.

En ese sentido, Álvarez ha manifestado la importancia de que se conozca también la historia del sindicato, “una organización de 133 años que fue la segunda organización sindical más antigua del continente europeo que nace en el momento en el que nace el movimiento obrero y el laborismo. Un sindicalismo que es, no lo olvidemos, el germen del surgimiento de las clases medias por su lucha por la igualdad y por el reparto de la riqueza” y ha reclamado “que se abran de par en par los archivos militares de este país y se dediquen recursos para conocer nuestra historia”.

En memoria de una heroína

Álvarez no solo reivindicó el valor de iniciativas como el Premio ‘La latera’, que sirven “para mirarnos los ojos” y que dramas como el golpe de estado y la represión franquista no vuelvan a repetirse, pero que también sirve para ensalzar y poner en su justa valía un personaje como Antonia Céspedes, “una heroína”, una mujer que logró ser la líder de UGT en un tiempo en el que todavía ese estaba luchando por el sufragio femenino. “Qué cualidades debía tener esta mujer….”, reflexionaba el actual líder de UGT, prometiendo que si sindicato “no va aparar hasta que nuestros muertos tengan el reconocimiento que merecen”. El secretario general de UGT quiso destacar el valor que tiene conocer la historia y la “felonía” que realizó Franco, traicionando a la República que había jurado defender. “Es lo más cobarde que puede hacer un servidor público”.

Álvarez quiso también hacer una reflexión sobre el momento actual que vive la política española y lamentó que haya quien “no respeta la palabra libertad”, una palabra que ha sido el motor de desarrollo de la humanidad y que ahora hay quien usa de modo torticero para fabricar eslóganes electorales, prostituyendo la más bella de las palabras: libertad. 

El acto, que contó con la participación de la cantante Rozalén, que remitió un mensaje en vídeo, también sirvió para conocer un poco más la trayectoria personal del joven doctor Enrique Santiago Araujo, fusilado a los 26 años en la madrugada  del 21 de agosto de 1936. Aquella noche, Enrique Santiago Araujo, escucho los cerrojos y los pasos de los ejecutores, recordaba Pepe Mata, responsable de Memoria Histórica de UGT. “Y aparece lista en mano el falangista Emilio Pelegrina y empiezan a leer sus nombres: Manuel García Ortega, sindicalista; Gaudencio Martín García, periodista; Francisco González Raposo, concejal socialista; Tomás Fernández Hernández, masón; Alfredo Arderius Perales, capitán republicano; Jesús Aguirre López, abogado; Manuel Pascual Abad, concejal republicano y Enrique Santiago Araújo, medio socialista”. Les dijeron que les llevaban a declarar a la comisaría de la Plaza de los Reyes, “pero sabían ya que no volverían a ver sus familias”.

Enrique Santiago Araujo moría asesinado en una saca de falangistas, pero no lograron asesinar sus ideales, subrayaba Pepe Mata. Su memoria, su legado siguen vivos. Aquel joven que regresó a su Ceuta natal en 1933 con el título de medicina y nuevos ideales de izquierdas, aquel doctor que abrió una clínica de accidentes de trabajo con su amigo el doctor y alcalde Sánchez Prado, sigue hoy vivo en la memoria de su familia y ahora también en la historia de Ceuta, en el lugar que le corresponde, gracias al Premio La Latera.