Opinión
Con anterioridad a los años 70, en Ceuta compartían el mismo espacio físico dos poblaciones; una española de origen cristiano, mayoritaria, que gozaba de todos los derechos y la otra, minoritaria de origen musulmán, que subsistía de la manera que medianamente podía, a los que el franquismo reconocía solamente como un valor estadístico, de los cuales muchos fueron musulmanes combatientes y descendientes de Regulares que habían ayudado a Franco a ganar la guerra. Paradójicamente la solución a la injusticia creada por la derecha, vino de la mano del PSOE en el año 1986, suprimiendo la tarjeta estadística, eliminando la ley de extranjería que reconocía a los musulmanes de Ceuta y Melilla como extranjeros e iniciando el camino de la regularización de la situación documental de la población musulmana tanto de Ceuta como de Melilla, coincidiendo con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea, siendo el motivo principal de esta decisión, las presiones ejercidas por parte de muchos países europeos que consideraban la situación de Ceuta y Melilla como colonial, lo que obligó de alguna manera, a dar una solución al problema de la población musulmana que en buena parte era apátrida.