ANÁLISIS

El factor Ceuta y Melilla en la “nueva etapa” con Marruecos: las claves de un acuerdo invisible

El factor Ceuta y Melilla en la “nueva etapa” con Marruecos: las claves de un acuerdo invisible
Imagen de archivo de la primera visita oficial de Sánchez a Marruecos
Imagen de archivo de la primera visita oficial de Sánchez a Marruecos

Un inesperado comunicado de la Casa Real de Marruecos puso el viernes patas arriba la historia de la política exterior española. Casi medio siglo después, España cambiaba repentinamente su postura respecto a la soberanía del Sáhara Occidental y se ponía del lado de Marruecos apostando por la tesis de convertir el territorio en disputa en provincia “autónoma” del Reinio Alauí. Un giro inesperado de guión del que solo conocemos los compromisos de una parte. ¿Qué papel juegan Ceuta, Melilla y Canarias en esta “nueva etapa” de las relaciones entre España y Marruecos?

La primera sorpresa venía por el portavoz de ese cambio. No era España la que anunciaba su donde dije Diego sino Mohamed VI el encargado de anunciar al mundo el giro diplomático en un comunicado en el que desgrana, en tercera persona, los compromisos del presidente Pedro Sánchez:  "España considera que la iniciativa de autonomía marroquí es la base más seria, realista y creíble para la resolución de la disputa relativa al Sáhara marroquí”, resumía el comunicado hecho público por la agencia oficial marroquí MAP, siempre hablando por boca del presiente español, que se comprometía a reforzar la cooperación de ambos países en la lucha antiterrorista y en el control de los flujos migratorios: “Todas estas acciones se llevarán a cabo con el objetivo de garantizar la estabilidad y la integridad territorial de ambos países, concluyó el Presidente del Gobierno de España, S.E.M. Pedro Sánchez, en su mensaje al Soberano”.

(Lea AQUÍ el comunicado íntegro de la Casa Real de Marruecos)

Un cambio de postura de España que confirmaba oficialmente poco después La Moncloa, esta vez sí en primera persona del plural: “Hoy iniciamos una nueva etapa de la relación con Marruecos basada en el respeto mutuo, el cumplimiento de los acuerdos, la ausencia de acciones unilaterales y la transparencia y comunicación permanente. Esta nueva etapa se desarrollará, tal y como indican los comunicados del Gobierno de Marruecos, en una hoja de ruta clara y ambiciosa. Todo ello para garantizar la estabilidad, la soberanía, la integridad territorial y la prosperidad de nuestros dos países”.

(Lea AQUÍ el comunicado íntegro de La Moncloa)

Pero ¿dónde están representadas Ceuta y Melilla (y Canarias) en este acuerdo?. Explícitamente, en ningún sitio. Solo ese “integridad territorial” que mencionan sendos comunicados puede interpretarse como una alusión indirecta a las ciudades autónomas. Aunque, y en diplomacia los matices son cruciales, esa integridad territorial solo sale de boca de España, en ningún caso como una afirmación hecha desde el lado marroquí.  

El comunicado de la Casa Real de Marruecos no habla en ningún caso de integridad territorial salvo cuando cita el mensaje de Pedro Sánchez al monarca alauita:  “En este mensaje a Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le ayude, el Presidente del Gobierno de España reiteró su determinación de hacer frente juntos a los desafíos comunes, (…) Todas estas acciones se llevarán a cabo con el objetivo de garantizar la estabilidad y la integridad territorial de ambos países, concluyó el Presidente del Gobierno de España, S.E.M. Pedro Sánchez, en su mensaje al Soberano".

Los beneficios para Ceuta, Melilla y Canarias de esta nueva postura diplomática de España respecto al Sáhara Occidental están aún por definir, aunque, garantiza el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, los intereses de Ceuta y Melilla están protegidos: “El Gobierno debe salvaguardar los intereses de canarios, ceutíes, melillenses y andaluces, quienes tienen que estar protegidos y defendidos especialmente en tiempos tan convulsos donde el orden europeo está siendo amenazado”.

El acuerdo, del que solo conocemos los compromisos de una parte, llega además en un contexto de conflicto, con una guerra abierta en el corazón de Europa y una crisis energética de dimensiones históricas. Las derivadas geopolíticas del cambio de postura de España son muchas. Puede ser la cuadratura del círculo o un “suicidio en diferido”, como concluye Mario Guillamó en la Revista Ejércitos en un interesante “informe de urgencia”.

Y es que Ceuta y Melilla pueden tener un papel más que residual en este acuerdo que se habría fraguado mirando hacia otros objetivos y muy lejos del Estrecho. Así lo cree el analista Guillermo Pulido: “Desde que EEUU y Alemania cambiaron de posición (apoyando el plan de autonomía marroquí), muy desgraciadamente la justa causa del referéndum del Sáhara era una causa perdida. Sumarse a la autonomía para potenciar la política energética y la y la posición "geopolítica" de España es un ejercicio de realismo de este gobierno”. Pero advierte que esto no es la solución definitiva y aboga por el rearme: “Lo que queda es prepararse militarmente para hacer una política de disuasión eficaz contra Marruecos, porque la interdependencia económica (como demuestra la guerra en Ucrania) no resolverá”.

Mohamed VI
Mohamed VI

No todas las voces son optimistas, claro, muchos son los que señalan las grietas del acuerdo. Javier Jordán, profesor titular de Ciencia Política en la Universidad de Granada y director de @GStrategy_UGR, especializado en Estudios Estratégicos y Militares cree que “el respaldo del Gobierno español a la propuesta de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, además de desconcertante, es contraria a los intereses de España por varias razones. Reconoce la ocupación militar de Marruecos en 1975. Conclusión que extrae Marruecos: los hechos consumados funcionan. Pone a España en una situación delicada con Argelia en mitad de una crisis energética y envía el mensaje a Marruecos de que la coerción en ‘zona gris’ funciona. Lo cual debilita nuestra disuasión. Es una respuesta equivocada, que obvia las estrategias híbridas de Marruecos. Si Marruecos da la cuestión del Sáhara por resuelta, lo siguiente será ejercer mayor presión sobre Ceuta y Melilla en lo relacionado con Ceuta y Melilla. Transmite imagen de debilidad”, advierte recordando la asfixia económica de Ceta y Melilla y los episodios del pasado mes de mayo.

Una opinión que comparte Alberto Bueno, del  Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Granada e investigador del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional, el cambio de postura de España, especialmente tras la “guerra híbrida” planteada con el bloqueo y hostigamiento de las ciudades autónonas puede estar mandando un mensaje contraproducente: “La asfixia económica de partes del territorio enemigo, la ‘weaponization' (uso como arma) de migrantes y refugiados, el hostigamiento de determinados sectores económicos vitales... da sus resultados. Marruecos como ejemplo”.

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